Cuando por arte de magia ‘aparecen’ 184 kilos de hachís

Le piden 4 años y 2 meses de cárcel y 750.000 euros por tráfico de drogas Tres de los cuatro acusados de trasladar 184 kilos de hachís hacia una empresa familiar y ocultar el alijo en la oficina de la misma defendieron ayer su inocencia en la sala de lo Penal número Dos de nuestra ciudad mientras que el cuarto acusado, llamado M.A.M., no compareció a un juicio que quedó visto para sentencia al padecer una enfermedad.
De tal modo, y a la espera que la Justicia española se pronuncie en un sentido u otro, cabe destacar que en su escrito final el Ministerio Fiscal elevó para los cuatro acusados una petición de condena de cuatro años y dos meses de prisión así como el pago de una multa de 750.000 euros al entender que existen pruebas de cargo suficientes como para determinar que los llamados O.B., M.N.M.P. e I.M.A. (además del ausente M.A.M.) incurrieron en un delito contra la salud pública.
Respecto a los hechos, que acaecieron el 18 de mayo del pasado año, cabe destacar que se desataron a raíz de una importante operación llevada a cabo por agentes de la Policía Local.
A pesar de no tener competencias en este ámbito, eso no fue impedimento para que una patrulla del Cuerpo aprehendiera algo más de 184 kilos de hachís. Ocurría pasadas las 17.30 horas en Tejar de Ingenieros, cuando una patrulla pretendía acceder a un local de venta de material de construcción para solicitar información sobre posibles irregularidades del medio ambiente. Lo que perseguían los agentes era conocer si se estaba cumpliendo con la normativa en el tratamiento de combustibles y residuos por parte de esta empresa.
Pero hete aquí que los policías detectaron a O.B. en actitud nerviosa ya que al percatarse de la presencia policial hizo ademán de huir del lugar. La Policía le paró identificándole tanto a él como a otra persona que se encontraba en el lugar, el acusado convaleciente, padre a su vez del imputado I.M.A.
En el interior del local se encontraron 184 kilos de hachís almacenados y preparados para llevar a cabo algún pase. La droga estaba distribuida en bolsas de las denominadas bellotas así como en paquetes con tabletas rectangulares para abastecer el mercado de culeros y la carga de dobles fondos en vehículos. "Pese a que una pequeña mantita le caía por encima, la droga estaba muy visible en la oficina", dijeron los agentes.
Conocidos los hechos, llegaron los testimonios dispares. Por un lado, O.M. (el único que de momento está en prisión por este caso y que inculpó en su día a los demás acusados ) quien dijo que "la droga no era mía" y que quien respondía de ella era el hijo de M.A.M., es decir, I.M.A., quien a su vez manifestó ayer que "yo no trabajaba en la empresa de mi padre desde 2009 y que desde entonces ni tenía llaves ni iba nunca, de modo que ¿cómo va a ser mía esa droga si yo no pisaba aquello jamás?", se preguntó.
"¿No es cierto que el hachís lo llevó usted junto a M.N.M.P. en un BMW mientras conducía éste último e iba usted como copiloto?", le inquirió la representante del Ministerio Fiscal acto seguido: "Yo a ese señor lo conozco sólo de vista, nada más", respondió, mientras que a una pregunta similar el propietario del vehículo, el único que tenía una coartada, aseguró que "el maletero de mi coche, que es un deportivo, es muy pequeño, de modo que la droga jamás cabría en su interior", opinión que fue compartida por los dos agentes de la Policía Local que testificaron, "y además estaba en el taller", añadió, circunstancia que fue corroborada por un mecánico.
Aseguró M.N.M.P. también que en el día de autos estaba trabajando (un compañero lo corroboró) y luego jugando al tenis (el dueño del Club de Tenis lo secundó). No obstante, el Ministerio Fiscal averiguó que M.N.M.P. tenía otro vehículo, de gran tamaño, que sí tenía relación con I.M.A. y que el Club de Tenis estaba justo enfrente del lugar donde se halló la droga. Ese hachís que era desconocido por los acusados (excepto por O.B., que inculpó a I.M.A.) y que cuya aparición, a tenor de las declaraciones, se les pudiera antojar poco menos que el guiño mágico de una casualidad: "Ni idea de por qué estaba allí la droga ni cómo llegó. No tengo nada que ver", señalaron M.N.M.P. e I.M.A. al unísono.