El drama humanitario en la frontera sur de Europa continúa dejando cadáveres con la aparición de dos cuerpos sin vida este pasado domingo en nuestras costas, en una semana trágica con tres fallecidos por ahogamiento.
Los numerosos intentos de bordear a nado los espigones de la "muerte" han sido un escenario recurrente de desgracias vinculadas con la migración irregular, desde la tragedia del 6F de 2014 en el Tarajal, aprovechando los fuertes temporales de levante en invierno y la niebla densa característica en nuestra ciudad durante los meses de verano y que la AUGC viene alertando en numerosas ocasiones, así como la ampliación de los espigones.
Esta zona, concretamente desde los arenales cercanos a la frontera de Marruecos hasta las playas de la bahía sur de Ceuta, ha sido testigo de numerosas muertes por ahogamiento de personas que intentaban llegar a Europa en busca de una vida mejor.
El drama de estos espigones de la "vergüenza" es parte de una crisis migratoria más amplia, donde miles de personas han arriesgado sus vidas para escapar de situaciones de pobreza, conflictos y persecución en sus países de origen.
Las muertes en nuestras costas han puesto de manifiesto las graves deficiencias en el trato a los migrantes, tanto por parte de las autoridades de Marruecos como de las españolas, así como las condiciones de inseguridad en los intentos de cruce.
Es "sonrojante" observar como la sociedad ceutí en su conjunto parece haber "normalizado" este drama humanitario, donde la aparición de cuerpos sin vida de seres humanos nos produce indiferencia, evidenciando una falta de humanidad terrible.
Las organizaciones humanitarias han denunciado en varias ocasiones la falta de medidas adecuadas para proteger la vida de estas personas migrantes, así como la ineficacia de los sistemas de rescate en el mar y las políticas de control de fronteras que no priorizan la vida humana.
Una tragedia más que, desgraciadamente, no generará ninguna reflexión sobre las políticas migratorias y la falta de vías legales y seguras para quienes buscan llegar a Europa.
Este nuevo suceso ocurrido el pasado domingo subraya el carácter desesperado de muchos migrantes que, ante la falta de alternativas, recurren a métodos peligrosos para llegar a su destino y pone de manifiesto la urgencia de encontrar soluciones humanitarias que respeten los derechos y la dignidad de estas personas.
Tres muertes más en una semana negra que siguen siendo solo un recordatorio doloroso de la vulnerabilidad y el sufrimiento de quienes se ven obligados a migrar y que solo servirá para que el Ministerio del Interior maquille con estadísticas "infumables" los datos en materia de inmigración y discursos sobre aduanas comerciales, visados y fronteras inteligentes y que nos venderán como un logro, pero obviando este drama humanitario del que nadie pone en la agenda política.
El pasado dia 10 de julio, mientras el ministro del Interior Fernando Grande Marlaska visitaba la frontera del Tarajal, los GEAS de la Guardia Civil recuperaban el cuerpo sin vida de un inmigrante flotando en los acantilados de Santa Catalina. Pero es que sólo tres días antes de la llegada de este ministro, Marsave localizaba en la playa del Chorrillo otro cuerpo sin vida de un inmigrante que portaba unos manguitos de los que usan los niños para aprender a nadar. ¿Envió Marlaska durante su viaje oficial un mensaje mostrando sus condolencias? ¿Alguien de la Delegación del Gobierno en Ceuta le informó del calvario que sufren estas familias para denunciar la desaparición de sus seres queridos y de la imposibilidad de poder identificarlos y despedirse de ellos porque no pueden cruzar la frontera?
¿Anunció alguna medida para intentar acabar con este drama humanitario en su comparecencia ante los medios de comunicación?
La respuesta la tienen en la hemeroteca.
El mes de agosto el mar "escupió" otros cinco cadáveres más en un verano sin precedentes y que pasará a la historia negra de nuestra ciudad por el "reguero" de muertes provocadas por el fenómeno de los nadadores.
Precisamente hoy martes se cumple una semana de la aparición de otro cuerpo sin vida de un inmigrante en los arenales próximos al espigón del Tarajal. Pues bien, esa misma mañana, mientras los forenses y componentes de policía judicial de la guardia civil procedían a su traslado para realizar una compleja identificación, la senadora del Grupo Parlamento Popular por Ceuta, Cristina Díaz, en una brillante intervención en la Cámara Alta sobre la situación actual de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en nuestra ciudad, recriminaba al ministro Marlaska el grave déficit en infraestructuras, así como la alarmante falta de recursos humanos y materiales que vienen denunciando públicamente y en numerosas ocasiones durante los últimos años los sindicatos policiales y asociaciones profesionales de guardias civiles como AUGC.
Por su parte el ministro del Interior ha respondido que ve "realmente razonable" la situación de policías y guardias civiles en Ceuta.
El PSOE local acusaba en una nota de prensa a la senadora de utilizar "bulos" y ésta replicaba que su intervención en sede parlamentaria no se trataba de una "opinión personal", fue más que la exposición de las preocupaciones y demandas denunciadas por los propios agentes que trabajan diariamente en Ceuta y que tienen que enfrentarse entre otros desafíos, a situaciones tan dramáticas como las expuestas anteriormente.
Juzguen ustedes mismos.
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