Sucedió en el encuentro que el Jefe de Estado Mayor del Ejército, el general Fulgencio Coll, mantuvo con la Hermandad de Regulares, y con una nutrida representación de veteranos procedentes de marruecos, de varias ciudades. En total, 92 que procedían de Tetuán, Arcila, Larache, Chaouen y Alcázarquivir. Soldados que hoy viven en Marruecos, pero que hace años dejaron su sangre por España a cambio de cuatro duros mal pagados.
Por eso, El Amine Rquibath comenzó su discurso recordando lo injusto que está siendo el Ejército de España con sus antiguos soldados indígenas, que reciben apenas doscientos euros al mes. “¿No merecen lo mismo que los soldados españoles que lucharon por España?”, preguntó el máximo responsable de la Asociación Nacional de Antiguos Combatientes Marroquíes. En su pensamiento, el tratamiento que da el Ejército Francés a sus veteranos marroquíes. “Alguien que luchó con ellos y que hoy vive en Rabat cobra la misma pensión que quien vive hoy día en París”, explicaba el presidente de la asociación que engloba a todos los veteranos del país vecino, en cuyo ejército luchó durante 10 años.
Fue un reproche breve, y a partir de ahí sus palabras fueron en el sentido de festejar el centenario, y de hablar de la reconciliación y del respeto que los antiguos combatientes deben tenerse entre sí, sea cual sea el lugar en el que hayan luchado. Terminó su discurso con sendos vivas a España y a Marruecos, que fueron secundados por los presentes.
Entre los asistentes que se reunieron con el JEME, también estaban varias viudas de Regulares que viven actualmente en Ceuta (no pudieron contactar a tiempo con las de Marruecos como para preparar la logística que les permitiera traerlas). El Amine habló de amistad, de compañerismo, y de respeto. De una profunda relación en la que no se olvidó de mencionar al anterior comandante general de Ceuta, Enrique Vidal de Loño, con quien han tenido buenas relaciones.
El JEME, Fulgencio Coll, se dirigió afectuosamente a los veteranos para agradecerles el servicio prestado a España, y prometió que instalaría en su despacho el obsequio que le hicieron desde la Hermandad de Regulares, artesanía de estilo moruno. Un discurso de agradecimiento que fueron, además, las únicas palabras que se permitió decir en público el Jefe del Ejército de Tierra durante su estancia en Ceuta, ya que durante el acto que presidió se limitó sólo al más estricto protocolo.
A los veteranos se dirigió en español, pero con un traductor simultáneo del dariya. Destacó que ahora España y Marruecos son “amigos”, y lo comparó con “la buena relación entre los dos monarcas”. “Muchísimas gracias por el servicio que habéis prestado, por la ejemplar historia que lleváis encima, a vuestros hombros, y lo refleja la juventud del orgullo de haber servido en tan buenas unidades”, destacó.
Por eso, quizá el homenaje más emotivo fuera el que se dio al regular más veterano que ha servido. Un Abselam Amrani, que hoy día tiene 95 años y un parche en el ojo, que luchó en la Guerra Civil en el último año (se alistó en 1938), recibió emocionado el regalo de manos del JEME. Con paso delicado pero firme, quitándose la prenda de cabeza, y visiblemente emocionado, besando en la mano, casi a modo reverencial, al que hoy día es Jefe del Ejército de Tierra en España. Una muestra más del la huella que los más de noventa ex soldados que ayer asistieron al centenario de la creación del cuerpo al que tan bien sirvieron dejaron. Del respeto que mostraron ante los hoy día representantes del ejército en el que sirvieron y que, como recordó El Amine al comienzo de la tarde, quizá podría ocuparse más de esos veteranos que conservan, orgullosos, sus carnets descoloridos que les acreditan como veteranos. No será por la labor de la Hermandad de Regulares, que hace lo que puede con su presupuesto.
El de más edad
Abselam Mohamed Alí: Veterano del Grupo nº1, de Tetuán
Se alistó con 22 años al Grupo de Regulares número 1 de Tetuán, donde sirvió 26 años, cuatro meses y once días. Vivió dos años de la Guerra Civil, y después un tiempo tranquilo. Ayer se mostraba “demasiado agusto” de estar en España. Como todo, se quejaba de que ganan “poco”, la eterna petición de los veteranos combatientes de Regulares. Pero ese no era el tema de ayer, día en el que volvió a la ciudad donde sirvió muchos años por primera vez desde que dejara de ser soldado de Regulares. “Viva España, y viva Marruecos”, exclamaba este, uno de los que más edad tiene y de los cada vez menos que pueden decir que han vivido la Guerra Civil Española.