Normalmente tienes el día ocupado y acabas cansado pero, a pesar de ello, tu vida sigue activa aunque de otra forma distinta porque los recuerdos te hablan sin tener el impedimento de otras ocupaciones a las que normalmente te dedicas y puede que estés abrumado tanto por la cantidad de trabajo por hacer como por la importancia del mismo y la responsabilidad que conlleva. Es cierto todo eso y la que te apetece y necesitas es descansar, olvidar de todo y quizás oír algo de buena música o ver distraídamente, porque no le pones atención y hasta casi dormitas, una película ligera, sin complicaciones que te hagan pensar y es precisamente en esos momentos cuando algún recuerdo viene a tu conciencia y te habla de ello bien sea para ayudar a tu merecido descanso o para decirte que algo no hiciste bien.
Es alguna vicisitud que no tiene por qué ser incómoda pues en los recuerdos hay de todo –bueno, regular o malo– y yo quisiera referirme a los que no son malos y ni tan siquiera regulares, sino a los buenos, a los hechos que en su momento tuvieron vida propia y ahora los contemplas en tiempo pasado y con un espíritu en el que no acabas de tener el mando sino que lo ha asumido ese recuerdo que te va a ir acompañando durante un tiempo más o menos largo y que te hará reflexionar hondamente sobre ello. ¿Por qué tomé esa decisión en esa ocasión?, te preguntas y acto seguido van apareciendo en tu mente –quizás adormilada– una nueva versión que obedece a que en su momento pudiste tomar esa otra dirección en tu acción. Esos recuerdos te hablan y como son buenos te llevarán por caminos que te hacen feliz.
Es el repaso de tu vida, del que vas sacando algún provecho que a veces es sumamente importante. Ahora, cuando te encuentras sólo mientras escuchas la voz de los recuerdos presta la máxima atención a todo cuanto vas viviendo de nuevo en tu mente y también en tu corazón. Verás con total nitidez todo cuanto hiciste en un momento determinado y te darás cuenta que quizás te faltó un pequeño detalle de amabilidad, quizás una mirada más suave o una palabra llena de cariño. A veces somos, en la vida real, demasiado rigurosos con todo lo que nos rodea porque tenemos la idea de que todo ha de ser perfecto y nos olvidamos del amor con el que hay que tratar a todas las personas y a las cosas que nos rodean o que nos vamos encontrando. Ahora, en tu recuerdo, piensas que te faltó cariño a la gente.