Cuando la noticia del drama cruza el Estrecho

Hasta ahora, el rescate de un subsahariano el pasado jueves, del que ya informó El Faro, en el espigón que se levanta en forma de muro fronterizo en plena Bahía de Beliones se había convertido en uno de los más dramáticos de los llevados a cabo entre la Guardia Civil y los gendarmes marroquíes.

La decisión de la Dirección General de la Benemérita de darle ayer la mayor publicidad posible, hizo que terminara convirtiéndose en uno de los más mediáticos. El Instituto Armado necesita de válvulas de escape de este tipo para conseguir la buena imagen que en demasiadas ocasiones se les ‘roba’ a sus agentes, sobre todo tras el episodio del 6-F.
Así que, las imágenes capturadas por las cámaras de la grada situada frente a Beliones terminaron siendo distribuidas por todas las cadenas de televisión, haciéndose eco de las mismas y consiguiendo que la información fuera cabecera en muchas de ellas. España difundía así el servicio “conjunto” de auxilio y rescate entre Guardia Civil y autoridades marroquíes con el que se conseguía salvar la vida a un subsahariano que dijo proceder de Costa de Marfil.
Del relato de los hechos ya daba cuenta este medio el pasado viernes. Fue ayer cuando la Dirección General se encargó de vestir con mayores florituras el buen servicio de colaboración gestado entre ambas fronteras con tal de salvar la vida a un subsahariano que había intentado, como muchos otros, su entrada a nado bordeando el espigón. No todos lo han podido contar. En esa línea que separa Marruecos de la esperanza, han perecido ya varios inmigrantes. Sus muertes no han salido a la luz, salvo la de Sonko, un joven senegalés que falleció en la misma arena de Beliones en donde el pasado jueves un guardia civil y varios gendarmes reanimaban a este subsahariano. La vida y la muerte quedan separadas de forma frágil, tanto que en demasiadas ocasiones en el escenario migratorio resulta imperceptible dónde empieza una y termina la otra.
“Casi inconsciente, exhausto” y sin fuerzas, informa la Benemérita, el costamarfileño quedó tendido en la playa de Beliones junto a otro compañero subsahariano que esa misma mañana había intentado la entrada de similar forma.
Marruecos se hizo cargo del cuerpo trasladándolo en ambulancia hasta el Hospital de Castillejos en donde quedó ingresado fuera de peligro hasta ser dado de alta poco después.
La Guardia Civil, con la ayuda de una embarcación de las autoridades marroquíes, salvó a este inmigrante de perecer ahogado. “Esta persona se dirigía a nado hacia las proximidades del espigón para intentar sortearlo e introducirse en aguas españolas, realizando una parada en las rocas que sobresalen para recuperarse del desgaste que estaba sufriendo”, significa la Benemérita.
“En su último intento de aproximación a la costa española se apreció que debido al cansancio acumulado en la travesía, comenzó a hundirse cuando ya se encontraba cerca de la costa, corriendo un grave peligro su integridad física, y fue en ese momento cuando un componente de la Guardia Civil que se encontraba próximo al lugar se desplazó hasta el punto y se lanzó al mar provisto de un flotador para rescatarlo”, añade.Una embarcación de la Gendarmería trasladaría hasta Beliones a guardia e inmigrante.
Termina aquí un servicio que aunque su dimensión mediática lo ha convertido en especial se enmarca dentro de una rutina periodística que no siempre cruza el Estrecho.