Cruz Roja ha cerrado el mes de junio con 1.800 servicios en las playas, de los que únicamente 45 fueron por picaduras de medusas a pesar de la elevada presencia de aguavivas que hay este verano. La mayor parte de las intervenciones ha estado vinculada al mal comportamiento de los usuarios. Y es que la poca educación en el baño
también tiene sus consecuencias. Así, un total de 645 intervenciones fueron para usuarios que estaban arrojándose al mar desde las escolleras y otras 165 de bañistas que lo hacían de cabeza, con el riesgo que esto supone de padecer daños físicos severos. 143 intervenciones estuvieron relacionadas con bañistas que se arrojaban al agua desde las rocas y 213 de aquellos que fueron sorprendidos nadando en el canal de embarcaciones.
Todos los veranos Cruz Roja insiste en el cuidado y atención a las normas, pero la forma de entender las órdenes para evitar accidentes no es la adecuada entre amplios colectivos que juegan incluso con su integridad física.
Además de este tipo de servicios, hubo también los típicos realizados para atender a personas heridas o que padecieron quemaduras o algún tipo de accidente. Cruz Roja insiste que, en caso emergencia, se debe dejar actuar al personal sanitario, evitando al mismo tiempo que se produzca una aglomeración de público en torno a los socorristas y a la persona que está siendo atendida. De las 1.800 intervenciones, 312 se llevaron a cabo desde las embarcaciones de guardia mientras hacían sus patrullas.