Cristóbal Montoro: antes y ahora (II)

La pasada semana en esta misma columna escribía sobre hechos trascurridos hace ya quince años y que significaron en gran medida la consolidación de la sostenibilidad de las cuentas públicas de nuestra ciudad y la confirmación de la garantía permanente y continuada en el tiempo del respaldo del Estado a Ceuta (y de la misma forma a la Ciudad de Melilla).

Mi argumento partía de la idea base de la intervención fundamental del Ministro Cristóbal Montoro en la consecución de aquel logro. Concluía mi disertación viajando en el tiempo hasta la actualidad y prometiendo relatar aquellos hechos de los que he sido (cuando menos) testigo y en los que ha intervenido de forma determinante Montoro.
La solidaridad interterritorial es un principio constitucional al que los ceutíes apelamos permanentemente y que se ha plasmado hasta el momento en las justas compensaciones de muy diversa índole a las que nuestra Ciudad es acreedora en función de sus déficits estructurales o de sus muy singulares características. Esa solidaridad es un compromiso que los distintos gobiernos del Partido Popular han sabido materializar de forma significativa y muy efectiva. Pero es evidente que dicho compromiso adquiere una especial dificultad en tiempos de escasez presupuestaria o  de intensa crisis como la que hemos vivido en los últimos años.
Pues bien, incluso en esos momentos de crisis el apoyo del Gobierno de Mariano Rajoy a Ceuta se ha mantenido e incluso se ha intensificado. Hemos recibido un trato verdaderamente singular por parte del Gobierno de la Nación que ha sabido reconocer donde estaban nuestras constantes esenciales y que ha querido mantener incólume nuestro particular régimen fiscal, las ayudas al coste de la producción de agua o al suministro eléctrico, las indemnizaciones por residencia, las ayudas al trasporte marítimo… Esas decisiones han servido para que los ceutíes hayamos mantenido intactos, si no incrementado, los servicios públicos esenciales y las políticas de cohesión social tan necesarias en esta tierra nuestra.
Una vez reconocido este trato diferencial quiero resaltar cómo éste está íntimamente conectado con otros hechos muy relevantes para Ceuta. Hace ya casi dos años el presidente Vivas propuso que hiciéramos una solicitud al Gobierno a través de su Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro para que, una vez que lo peor de la crisis hubiera sido superado y las disponibilidades presupuestarias lo permitieran, se concretaran inversiones públicas en infraestructuras y equipamientos que constituían verdaderas asignaturas pendientes en el gran desarrollo urbano experimentado por Ceuta en la última década. El ambicioso plan que se concibió a partir de ese momento se concretó en proponer la reforma integral de la frontera del Tarajal para convertirlo en un puesto fronterizo moderno y la verdadera puerta de entrada a la Unión Europea, un nuevo trazado y ampliación de la carretera que conduce a esa frontera desde el centro de la ciudad, la renovación y mejora de las barriadas limítrofes a esa carretera como son La Almadraba, el Príncipe Felipe, el Príncipe Alfonso, o la continuación de las imprescindibles actuaciones de construcción de viviendas dirigidas a los colectivos mas desfavorecidos y que cuantificamos en 500 nuevas viviendas de protección oficial. Todo esto se trasladó al ministro Montoro y desde el primer momento pudimos percibir la absoluta receptividad a las propuestas presentadas, a su necesidad y a su oportunidad. El plan presentado comenzó a ser llamado (a raíz de una afortunada ocurrencia de un veterano  profesional de los medios de comunicación)  el Plan Montoro, y nos parecía que podía tener un exitoso final.
Aún así, no habíamos ganado la batalla todavía. Los que llevamos ya años trabajando en la Administración conocemos que nada es realidad hasta que no tiene su plasmación presupuestaria, hasta que no se concreta en partidas y cifras en los Presupuestos Generales del Estado. Ese decisivo momento llegó posteriormente. Después de un año de intenso trabajo entre consejerías y ministerios, de intercambio de documentos, de numerosas visitas y reuniones de trabajo, de algunos dimes y diretes… todos pudimos respirar satisfechos cuando en septiembre de 2014 contemplamos el proyecto de Presupuestos para este año 2015. Allí estaban incluidos los compromisos del Plan Montoro: las inversiones que habíamos propuesto por un valor superior a los 100 millones de euros. Montoro había cumplido con Ceuta. Una vez más.
Yo he querido narrar en estas líneas cómo trascurrieron esos meses de decisiones importantes que en unos años se materializarán y que podrán disfrutar todos los ceutíes. Me gustaría que se recordara como para que ello fuera posible tuvimos el apoyo de una persona excepcional en su trato a Ceuta: Cristóbal Montoro.
Antes y ahora.