Primera sesión del Juicio con Jurado para esclarecer el crimen de Youssef Ikioui
Una, dos, tres... y hasta en siete ocasiones el Ministerio Fiscal preguntó al joven que figura como único testigo en la investigación sobre el asesinato de Youssef Ikioui por qué había cambiado su declaración. Por qué en instrucción, cuando adoptó la consideración de testigo protegido, dijo haber visto al autor del asesinato de su amigo y ayer, ya sin protección porque así lo ha querido, y ante los miembros del Tribunal del Jurado, afirmó no saber esa autoría.
La insistencia de los dos fiscales que ejercen la Acusación Pública no sirvió para que el testigo abandonara su “no” como respuesta a la pregunta sobre la identidad del asesino, ahora tan desdibujada que ha sido convertida en fantasmal.
“No vi quién disparó”, dijo ante la Sala después de jurar al magistrado Emilio José Martín Salinas, que ejerce de presidente del Tribunal, que iba a decir la verdad.
“¿Y por qué no dijo eso en Instrucción?, ¿por qué cambia ahora su declaración?, ¿no vio quién disparó a su amigo a metro y medio de distancia?, ¿tiene miedo?, ¿ha recibido alguna amenaza, advertencia o consejo sobre su declaración”, le preguntaba y repreguntaba, como establece la Ley, al testigo la Fiscalía, obteniéndose siempre la misma negativa.
La declaración del único testigo de la causa vino a dibujar qué sucedió aquella madrugada del 24 de julio de 2015, cuando se encontraba junto a su amigo Youssef. “Era mi mejor amigo”, dijo, respecto de la figura de ese joven de solo 16 años que murió sin poder defenderse, de un tiro a bocajarro que lo desangró.
“Subíamos las escaleras del Polifuncional”, recordó, mientras ‘Loquillo’, el acusado como presunto autor del crimen, no le quitaba la mirada. “Escuché disparos, me caí al suelo, vi a mi amigo sangrando” y marchó del lugar a casa de su abuela para pedir ayuda. Ahí, en ese escenario criminal dijo que vio al acusado Muhammad A.M., enfundado en una camiseta y pantalón corto gris, pero “no le vi disparar”, apuntilló. “No pude ver a quien disparó”, insistió.
A ‘Loquillo’ lo conocía bien del barrio, dijo no recordar que hubiera tenido algún enfrentamiento con él en alguna ocasión y tampoco supo aclarar la existencia de algún móvil que llevara a que alguien quisiera matar a su amigo.
Hasta mañana. La Audiencia ha dispuesto tres días para la celebración de este juicio con Jurado, después comenzará el periodo de deliberación
La declaración del ya no testigo protegido, porque así fue su voluntad (hace unas semanas decidió que iba a comparecer a cara vista), fue la versión opuesta a lo manifestado en su día. ¿Por qué? Según su manifestación, entonces “no era consciente de lo que decía, estaba psicológicamente muy mal”, dijo a preguntas de una insistente Fiscalía que no cesó en realizar su trabajo poniendo en evidencia esas variaciones. Algo que también el Jurado podrá conocer porque el presidente del Tribunal aceptó que las manifestaciones prestadas en Instrucción fueran aceptadas como prueba y podrán ser leídas por los nueve jurados elegidos.
“No vi a nadie salir del callejón, a nadie con un arma en la mano”, declaró. “No me acuerdo de lo que dije” en su día, “de lo que me acuerdo, lo estoy contando ahora”, aclaró. Lo manifestado en Instrucción fue dibujado ahora, casi tres años después, como algo vago, porque “no era consciente, solo quería dormir, no estaba bien”, hasta el punto de no recordar ni entender por qué pidió ser testigo protegido cuando se lo ofrecieron.
A preguntas de la Defensa de ‘Loquillo’, representada por el abogado Jorge Martín Amaya, este joven ratificó que ni vio al pistolero, ni a su patrocinado con un arma en la mano o saliendo del callejón en donde acribillaron a Youssef.
Las declaraciones ofrecidas por dos agentes de la UDYCO sirvieron para aportar la nota de investigación pura y dura tejida en torno a este crimen.
Por videoconferencia declaró un inspector de UDYCO, ahora destinado en la península, que participó en la investigación del caso. “No hubo dudas”, dijo, a la hora de “identificar” al presunto autor de los hechos, ‘Loquillo’. Contaron con un testigo pero también con muchos más de “referencia” que si nunca fueron incluidos con nombres y apellidos en el atestado fue “porque eran obvios”.
“Todos sabían lo que había pasado”, aclaró, como también que todos señalaban a ‘Loquillo’, que permaneció más de un año fugado. “No sabíamos dónde estaba”, expuso, a pesar de que “hicimos gestiones intensas” para encontrarlo. “Pensamos que estaba recibiendo ayuda de terceras personas”, declaró.
Ese pensamiento fue clarificado por el actual responsable de UDYCO que, sin dudas, dijo que “estaba sujeto a una protección máxima por parte de los jefes del Príncipe” como se suele hacer con miembros de bandas que deben ser protegidos.
El inspector que hizo la investigación presentó varios informes mientras duró la misma. Uno, fechado el 7 de agosto de 2015, aludió a un perfil de Facebook rastreado que fue considerado como de ‘Loquillo’. Con el nombre de ‘Mohamed LKLL’ incluía fotografías como la de un tambor con balas y la leyenda ‘pastillas para dormir al enemigo’. Esa foto se incluyó al poco del crimen, aunque Facebook nunca emitió informe alguno para confirmar la identidad que se escondía tras ese perfil. “No nos dio respuesta pero nosotros tenemos seguridad de que era de él”, expuso haciendo alusión a su “pensamiento como policía”.
Hubo otro perfil de Facebook analizado, el de ‘Mohamed Loquillo’, en el que se encontraron fotos de él que sí fue dado por auténtico.
Esa exposición de actos delictivos a través de redes sociales no sorprende a la Policía porque, dijo este inspector, “he podido comprobar” que en ocasiones hacen esas demostraciones.
Identificar a ‘Loquillo’ “fue fácil”, pero localizarlo se convirtió en una “misión imposible”, narró. La familia de Youssef estaba destrozada y eso animaba a la Policía a seguir peleando por dar con él. Este agente consideró al acusado como “pistolero” pero en “fase inicial” aunque hasta el momento del crimen, aclaró, nunca había tenido información sobre él.
De la víctima no había habido ni una mera sospecha. Era un joven estudiante de una familia trabajadora, que se topó con la muerte demasiado joven.
Este inspector rememoró las gestiones hechas para forzar a ‘Loquillo’ que se entregara y reconoció haberse barajado “el error” a la hora de que se le señalara como implicado, pero después de más gestiones esto se descartó.
El actual responsable de UDYCO también corroboró esas máximas gestiones y matizó que pocos días antes de su entrega se iba a realizar una entrada y registro en una vivienda, la del también asesinado ‘Mape’, que tuvo que suspenderse. Estaba cercado y fue su propio abogado el que acudió con él a entregarse en las dependencias de la Jefatura Superior.
De no haberse producido esa entrega la UDYCO ya trabajaba en una investigación paralela para dar con los cabecillas, con los protectores de estas personas, que iba a estar protegida por el secreto de sumario. No dio tiempo.
En detalle
¿Qué exposición de los hechos defiende la Fiscalía?
Los representantes del Ministerio Fiscal tienen la misión de convencer al Jurado de que ‘Loquillo’ es el culpable de la muerte de este menor. “Ustedes son los jueces”, indicó la Acusación Pública dirigiéndose en el primero de los turnos de palabra a los 9 miembros del Jurado. “Olvídense de sus profesiones, ejerciten el sentido de la responsabilidad. Les pedimos que hagan justicia”.
La Fiscalía aclaró que si por su parte entienden que el testigo que depuso ayer como inicialmente protegido ha mentido en sus declaraciones, es misión suya pedir que se deduzca testimonio, considerando que existen pruebas suficientes como para considerar al acusado como culpable de un asesinato y una tenencia ilícita de armas por los que debería penar por 22 años de cárcel. Aunque la sentencia en la que se detallen los años impuestos correrá a cargo del presidente del Tribunal, el magistrado Emilio José Martín Salinas.
La Defensa: "Hay un principio de presunción de inocencia"
El abogado Jorge Martín Amaya ejerce la Defensa del apodado ‘Loquillo’ y ayer se dirigió a los miembros del Jurado para insistir en la inexistencia de pruebas que incriminen a su patrocinado, instándoles a que tengan en cuenta que existe “un principio de presunción de inocencia” y que “en caso de duda, hay que favorecer siempre al acusado”. Martín Amaya recordó que su defendido era un joven de 18 años en el momento del crimen que no cometió ese asesinato.
“La Fiscalía debe demostrar que lo hizo”, insistió, recordando que solo se sostienen en un testigo. “Ustedes tendrán que decidir si con la declaración de ese chico es suficiente”. Insistió el abogado en que no se ha encontrado arma alguna y que ni siquiera existe un móvil. “No hay explicación”, aludiendo a las “dos versiones contradictorias” con las que se tienen que enfrentar los miembros del Jurado a la hora de fijar su veredicto. “Porque una persona señale a este chico como autor no es suficiente”, dijo en relación a su defendido. “Eso crearía una inseguridad jurídica”, reseñó.
Otro nuevo Jurado: 9 miembros y 7 votos para llegar a un veredicto
El magistrado Emilio José Martín Salinas ejerce de presidente del Tribunal, encargado de dirigir un juicio diferente, en el que personas no profesionales ejercen de jueces. Les pidió a todos los elegidos “atención y sentido común”, estando presente para evitar que pueda haber errores o dudas y para dirigir que el procedimiento siga su curso sin complicaciones. Durante las primeras horas de la mañana se trabajó en la elección de los miembros del Tribunal, algo que se consiguió pasadas las 12.00 horas.
Desde ayer y hasta el miércoles los elegidos escucharán distintas declaraciones, podrán incluso preguntar a través del presidente y podrán disponer de la documentación necesaria. Tienen por delante una labor importante y son protagonistas de uno de los Jurados que se celebra en una Audiencia, la de Cádiz en Ceuta, que ya tiene experiencia en la preparación de estos casos. Una vez que concluyan las sesiones, comenzará la deliberación de un Jurado que tendrá que motivar además su veredicto.