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La maquinaria retira las rocas de la escollera y allana la tierra hasta crear un corredor que conecta esa playa con la siguiente cala.
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Adelantar la línea de rocas permitiría que las olas rompan antes de llegar al puente.
El Área de Costas de la Delegación del Gobierno ha iniciado esta semana los trabajos de recuperación del borde costero de Juan XXIII, en concreto, donde se encuentra la base del puente peatonal elevado sobre la carretera nacional N-352.
Las primeras actuaciones de mejora han consistido en la retirada de las rocas que hacían de escollera en los pies de la infraestructura. La maquinaria, que trabaja ya en esta zona rocosa, ha allanado el terreno hasta formar un camino que bordea la muralla del paseo marítimo a la altura de la barriada que le da nombre.
Los operarios han extendido la tierra hasta formar un corredor que conecta la playa de Juan XXIII con la siguiente cala en dirección a la Almadraba, de modo que dotarán de accesibilidad a un punto de la costa que estaba comunicado antes de la construcción del paso elevado. Otros indicaron que se trata de la vía que usarán las excavadoras para trabajar en la siguiente cala.
Aunque la Delegación del Gobierno declinó hacer declaraciones sobre las obras, fuentes del sector explicaron que las olas, durante los temporales, rompen en los pies del puente y el proyecto de Costas vendría a reforzar la protección que ejerce la escollera. La fuerza de las inclemencias meteorológicas que azotaron Ceuta en meses pasados fueron, precisamente, las que terminaron de destrozar la rampa de acceso a la playa de Juan XXIII ya que el oleaje golpea directamente contra el arenal.
La intervención de Costas estaría encaminada a robustecer esa línea de defensa frente al mar que, por otra parte, evitaría el deterioro de los cimientos de este paso que conecta la barriada con el paseo marítimo.
La línea de piedras que cumplía antes con este cometido ha sido retirada y los cimientos de la pasarela han quedado desnudos aunque, por esta época del año, no corre peligro alguno ya que la ciudad está fuera de la temporada de levantes y ponientes de intensidad.
Una vez apartadas las rocas existen dos posibilidades: su restitución cuando concluyan las labores de acondicionamiento del terreno; o bien, adelantar las rocas de manera que las olas rompan antes de llegar al puente. El corredor resultante quedaría entre la muralla y la nueva línea de escollera.
En cuanto al vertido del que alertaron los bañistas de Juan XXIII hace unos días, en forma de manchas que flotaban en el mar, la Consejería de Sanidad indicó que carece de mediciones en la zona puesto que no son consideradas aguas de baño oficiales. En todo caso, apuntaron desde la cartera, correspondería a Medio Ambiente determinar su origen. La Ciudad Autónoma concluyó, al igual que los usuarios de la playa, que su procedencia más probable eran las embarcaciones.