Las mociones de censura no se ganan en encuestas o sondeos sino previamente en las antesalas de los Hemiciclos, aún con las urgencias de elegir un primer ministro (prêt-à-porter).
331 votos sobre los 289 inicialmente necesarios lo dice todo, sin embargo, ha existido un remanente a favor de la Moción de 42 votos, significando la cifra, que ha sido algo amplio el descontento existente entre los diputados.
Entiendo que ningún francés se rasgará las vestiduras por el resultado. Francia, se ha visto obligada a adoptar este tipo de convivencia de distintos poderes políticos en tres ocasiones: 1986-1988, (Françoise Miterrand/Jacques Chirac) 1993-1995, (Miterrand/Balladour) y 1997/2002 (Chirac/Lionel Jospin).
Les comentaba el pasado Julio en mi Artículo: ¿Efecto “Frankenstein” elecciones francesas?, sobre los distintos intereses geopolíticos que sustentan a la moción de censura sobre Gobierno francés de Michel Barnier, y por ende a Francia y Europa.
EL bloque de la izquierda francesa y el partido de Le Pen, ha conseguido tres victorias: La primera, llevar este asunto hasta una Moción de Censura; la segunda, ganarla, y la tercera exclusiva para los partidos litigantes, “obtener el sueño imposible” de plantearlo en la Asamblea General.
Durante la Sesión a la cual hemos asistido de forma completa, cada interviniente, como suele ser costumbre ha tratado de “llevar el agua a su molino” según práctica al uso. ¡Lástima que todo acto de contrición!, se quede en una Tribuna de Oradores.
He notado algunas diferencias en el comportamiento del Hemiciclo. Se nota el “savoir faire” francés en comparación con los últimos acontecimientos del español, y les aseguro, que no me tengo por afrancesado. También la existencia en Francia de Escuelas para Políticos.
En lo concerniente a España, en política no suelen existir demasiadas afinidades, por lo que no debe esperarse ningún cambio favorable con el nuevo gobierno francés, cuyo primer ministro presentará mañana jueves la dimisión.
Como casi siempre continuaremos observando la influencia del modelo francés en una parte importante de nuestro sistema lo cual no significa ninguna deshonra, y un ejemplo claro lo tenemos en nuestro Código Civil de 1889, fuertemente influenciado por el Código Napoleónico, tanto en su estructura y contenido, como en sus principios generales y en su enfoque de interpretación de la ley.
El nuestro fue uno de los Códigos Civiles más tardíos de Europa debido a razones fundamentalmente políticas e históricas.
Sirva pues este Texto de urgencia en atención a los lectores de este Medio, confirmando que “el efecto péndulo vuelve a cumplirse”.