“Tanta era mi afición que siendo Presidente del club Julio Parres... pertenecí a su directiva, continuando en ese puesto cuando José Benoliel se hizo cargo de la presidencia”.
Siempre, desde muy pequeño, me gustó el fútbol. Allá por 1041, fui con mi hermano a ver aquellos tres partidos amistosos en los que se enfrentaron en Alfonso Murube el Atlético Aviación y la Sociedad Deportiva Ceuta (el antiguo Ceuta Sport, que, tras el final de la guerra civil, hubo de adaptar su nombre a las normas dictadas por la superioridad, según las cuales había que sustituir por palabras españolas cualquier extranjerismo) y, desde entonces, subir al estadio se convirtió, para mí, en una especie de regla vital.
Aquel Ceuta de Comas, Telechía, Carrasco; Oramas. Melito, Gonzalvo II; Abad, Rosado, Tavilo, Melul y Morla conquistó mi adición, que perduró para siempre, aunque dichos nombre fueran sustituidos paulatinamente por los de Zamorita, Perico, Pepín, etc., etc. Lo vi crecer, llegar a jugar una promoción a 1ª en la temporada 1942-43. La misma en la que llegó a los cuartos de final en la Copra, siendo entonces eliminado por el Barcelona (tres veces ha sucedido esto, y en las tres tuvo que jugar el Ceuta con un jugador menos).
Tanta era mi afición, que siendo Presidente del club Julio Parres, una vez unidos el Ceuta y el Atlético de Tetuán tras la independencia de Marruecos, pertenecí a su directiva, continuando en ese puesto cuando José Benoliel se hizo cargo de dicha presidencia. Aprendí mucho de ambos, del primero la serenidad, y del segundo, la ironía, pues cuando le metían un gol al Ceuta y alguien del palco decía que había sido imparable, D. José contestaba que había fichado al portero para que parase esos balones, “¡porque lo parable lo paro yo!”. En esa época me aficioné también a ir al 54 para ver jugar a los equipos modestos. El Atlético llegó a jugar otra promoción a 1ª, perdiendo con el Elche a doble partido. Después, a consecuencia de dos sucesivas reducciones de equipos, bajó a tercera y, a continuación, a regional, lo que provocó la creación de otro club, la Agrupación Deportiva Ceuta, que ascendió a 3ª en 1970 y a 2ª B en 1977.
En los años 70 quedó vacante la presidencia de la Federación regional, tras retirarse D. Epifanio Hernández, el entonces propietario de la Joyería La Esmeralda. Se convocaron elecciones, y tras una dura campaña frente a mi buen amigo Juan Manuel Bruzón, obtuve la victoria, pasando a ser Presidente de la Federación del Norte de África, cuya jurisdicción se extendía solamente a las ciudades de Ceuta y Melilla. Dimití en 1979, al salir elegido Diputado por Ceuta, lo que me obligaba a constantes viajes, sustituyéndome Emilio Cózar. Como obra significativa de aquel periodo quedó la construcción del campo federativo José Benoliel.
Seguí yendo al fútbol. La Agrupación desapareció por deudas, y fue sustituida en 1997 como primer club de la ciudad por la Asociación Deportiva Ceuta, la cual, tras una temporada en 3ª, que comenzó jugando en el José Benoliel, trasladándose después al remodelado Alfonso Murube, consiguió ascender a 2ª B, categoría en la que militó hasta que, en el 2012, la perdió, nuevamente por deudas provocadas por la notable disminución del apoyo económico de la Ciudad autónoma, constreñida por las restricciones presupuestarias impuestas a consecuencia de la crisis No jugó en 3ª, pues había ascendido el Atlético de Ceuta y se consideró que no era conveniente la coincidencia de dos clubs locales en dicha categoría. Y ahora, tras cambiar de denominación a A.D. Ceuta F.C., ese es nuestro equipo representativo, que lleva varias temporadas deseando ascender, sin lograrlo, Un recuerdo, también, a otros equipos ceutíes que jugaron en tercera: Imperio, O’Donnell, África Ceutí y Murallas.
Ahora, mis molestias me están condenando a no subir al Alfonso Murube, aunque, eso sí, me queda el consuelo de la televisión.
Pensando en el fútbol local y, en especial, en los jugadores destacados que ha dado la cantera ceutí, he elaborado una alineación ideal, en la que todos ellos se integrasen. Con Américo Canas de portero, en la defensa Paco y Rafael Lesmes, junto a “Tarzán” Migueli y Espíldora; centrocampistas, Juan Baena, Pirri y Nayim, y delanteros, Julio Soler, Pepe Bravo (el Zocato), y como falta uno, pondré al todavía en activo Villatoro. Todos nacidos en Ceuta, prácticamente todos habiendo jugado en 1ª. y cuatro de ellos internacionales (Pirri, 41 veces; Migueli, 32; Rafael Lesmes, 2 y Bravo, 1).
Hubo una época, desde 1974 a 1980, en la que dos ceutíes, Pirri y Migueli, coincidían en la selección española. Casi el veinte por ciento del equipo nacional, lo que me permitió pavonearme entre los federativos nacionales y ante algún que otro dignatario extranjero. Esa circunstancia es muy difícil que suceda, sobre todo pensando en el número de habitantes de Ceuta.