Los GRS de la Guardia Civil han vuelto a poner en práctica el control de seguridad en el entorno de la frontera de Ceuta con el único objetivo de evitar la generación de avalanchas que convierten el Tarajal en un auténtico infierno.
Se ha declarado una guerra abierta contra el bulto chino, que se manifiesta en el veto a cualquier tipo de aproximación hacia el paso que separa Ceuta de Marruecos. Para ello los agentes se han posicionado en distintos puntos evitando que se formen grupos de personas que intenten provocar avalanchas.
Y así se va a continuar. La orden es repetir día a día este control hasta que alguien se canse. Y la Delegación del Gobierno confía en que, quien se canse primero, sea el movimiento de porteadores que sustenta este tipo de tráfico que rechaza Marruecos.
La misión de los GRS es alejar de la frontera a estos grupos para frenar las avalanchas masivas registradas que ponen en peligro a los propios porteadores y a los agentes que intervienen.
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