Categorías: Sociedad

Control, a vista de pájaro

Dos pilotos y un mecánico componen el equipo de la Guardia Civil encargado de la vigilancia aérea que, desde este año y debido a la presión migratoria, funciona de manera permanente en Ceuta.

Antonio Serrano, José Luis Andreu y Manuel Solano son los guardias civiles que ahora están comisionados a esta zona (al mando de un brigada), aunque el cambio de personal se produce de forma rutinaria nutriéndose de miembros de las distintas bases que componen el Sector aéreo Sur (Sevilla, Málaga, Rota y Granada).
Su trabajo se desarrolla a caballo entre la prevención y las actuaciones concretas para las que son requeridos desde la central COS. La costa y la valla son controladas a vista de pájaro para conseguir una información clave y una mayor efectividad. Madrid no se lo pensó dos veces cuando el pasado febrero, tras la tragedia migratoria en la que fallecieron 15 inmigrantes en el intento de llegada a Ceuta a través del espigón del Tarajal, se recibieron informaciones sobre el incremento de presión al otro lado de la valla. En marzo, algo más de mil subsaharianos pusieron en jaque a la Guardia Civil. Después de aquello, Interior ordenó reforzar el número de agentes y traer un helicóptero con base fija en la ciudad para mejorar la cobertura que el Instituto Armado podía prestar.
El EC-135 y el BO-105 son los dos aparatos que han funcionado en la base de Ceuta. Con capacidad para cinco personas, pueden ofrecer y, de hecho, han ofrecido prestaciones imposibles de alcanzar con otras unidades. Dotados con cámaras capaces de captar imágenes próximas situados a 3 kilómetros de altura sobre el objetivo y focos con capacidad de iluminación para mejorar la operatividad de noche, estos aparatos terminan constituyendo el necesario brazo articulado que le falta a un agente. Máquina y hombre, hombre y máquina se entremezclan para hacer que la comisión de un delito sea cada vez más complicada. El objetivo no es otro que poner cada vez un mayor número de trabas.
“Con estas cámaras se pueden captar perfectamente las imágenes”, apuntan los agentes en esta entrevista con El Faro. Como si de un mecano se tratara, al helicóptero se le pueden ir añadiendo elementos según el requerimiento que se le haga a la unidad, acoplándole el foco, la cámara o una grúa, entre otros. si fuera necesario. La operatividad de esta unidad no hay que entenderla de forma aislada. Las bases pertenecientes al Sector aéreo Sur funcionan de apoyo ante cualquier emergencia. En 20 minutos, por ejemplo, puede venir un aparato de la base de Rota que disponga de elementos básicos en una intervención. El Sector cuenta además con dos aviones disponibles que tienen capacidad para un mayor recorrido en el mismo tiempo y alcanzan más margen de amplitud de zona vigilada.
La Agrupación de Helicópteros de la Guardia Civil se creó en el año 1973 para poner a disposición de las distintas unidades y especialidades del Cuerpo un abanico de aparatos con los que se podía garantizar la vigilancia y actuación en lugares de difícil acceso además de mejorar la efectividad en la lucha contra el narcotráfico y la inmigración irregular. Dos problemáticas que tienen en Ceuta uno de sus puntos más calientes.

Unidad Especializada

Una formación específica

Los agentes que forman parte de este servicio tienen que disponer de una formación específica dentro de la Guardia Civil. Así deben superar una serie de test, conocer idiomas y cumplir con un periodo de formación de seis meses al que hay que añadir otros dos meses más para formación específica en uno de los tres modelos de helicóptero, ya que según ese modelo tendrán que superar determinados requisitos. En el caso de Ceuta se dispone de dos modelos de helicóptero, el EC-135 y el BO-105. Si se diera el caso de requerirse una mayor capacidad o medios, se dispone del apoyo que se puede prestar a través de las distintas bases del Sector aéreo Sur que es del que depende Ceuta. Además existe el apoyo que puede prestar la base de Madrid para cualquier otro servicio. En el caso del traslado de presos yihadistas se coordinó con un aparato llegado desde la capital.

Base aérea en el helipuerto

La disposición de un helicóptero con base fija en Ceuta para la Guardia Civil permite disponer de apoyos para operaciones de todo tipo. Sin son requeridos, sus componentes actúan para mejorar la efectividad en la persecución del delito; de no ser así, hacen tareas de prevención. El trabajo es diario, las 24 horas. De necesitar medios más especializados, se cuenta con el apoyo de otras unidades de las bases que pertenecen a este Sector que se desplazarían a la ciudad en pocos minutos.

De vidas a salvo y ‘narcos’ entre rejas

La madrugada del 24 de mayo, 45 inmigrantes intentaban burlar a la muerte a bordo de una semirrígida. Hombres, mujeres (dos de ellas embarazadas) y bebés habían decidido hacerse fuertes ante el temporal y alcanzar las costas peninsulares en una embarcación pensada para acoger un tercio de esa expedición clandestina. Los 45 inmigrantes fueron rescatados sanos y salvos por agentes de la Guardia Civil. Ese día Ceuta esquivó la crónica de una posible tragedia.
Desde el aire, el helicóptero de la Guardia Civil captó la complicada travesía de estos inmigrantes. Su operatividad fue clave para que se coordinara una rescate en el que participaron las unidades de patrulla, los agentes del Servicio Marítimo y los GEAS. La semirrígida terminó embarrancando en la playa del Desnarigado, garantizándose la atención sanitaria y social a todos los componentes. El helicóptero, desde el aire, tuvo una capacidad de actuación y de control mucho mayor que la que pueden aportar otras unidades, garantizando así que el rescate no iba a terminar en tragedia. Una fina línea separa un escenario del otro. El Estrecho se convierte en una auténtica trampa para los inmigrantes. Es uno de los mayores cementerios colectivos en el que han quedado atrapados los sueños y esperanzas de miles de personas. La labor de prevención y la coordinación llevada a cabo esa madrugada posibilitó que al menos los componentes de esta expedición, con sus nombres, apellidos e historias a sus espaldas, pudieran contar a posteriori lo sucedido como una anécdota más en sus vidas.
El Estrecho es la autopista en la que hacen negocio las organizaciones que se dedican a comerciar con esclavos, con hombres y mujeres que hipotecan sus vidas con tal de cambiar de vida. Evitar que esos negocios ilícitos florezcan y que haya muertes son los objetivos que intentan alcanzarse con la vigilancia extra que puede aportarse desde el aire.
Pero no solo el control de la inmigración irregular o las patrullas de vigilancia aéreas por el perímetro forman parte de la ‘rutina’ de esta unidad. La lucha contra el narcotráfico es otro de los frentes en donde la prestación del servicio aéreo es fundamental.
El pasado 11 de septiembre, la Guardia Civil consiguió detener a tres hombres que pretendían trasladar a la península y de allí a Italia un cargamento de cocaína. No lo consiguieron. 33 kilos quedaron en manos de los agentes de la Benemérita y los tres pasadores se toparon con los grilletes en sus muñecas y la posterior entrada en prisión preventiva. En este servicio también fue clave el apoyo que prestó esta unidad desde el aire. Los detalles e informaciones que pueden aportar los agentes a vista de pájaro superan la capacidad de otras unidades. La coordinación de todas ellas hace posible que las operaciones terminen con éxito.
El helicóptero con base en Ceuta puede alcanzar una velocidad superior a los 200 kilómetros por hora, tiene un abanico de control mayor y puede distinguir con las cámaras lo que están haciendo los ocupantes de las embarcaciones perseguidas.
Aquel 11 de septiembre, se divisó cómo los tres ocupantes de la embarcación intentaban deshacerse de los kilos de cocaína arrojándolos al mar. Los ‘narcos’ pretendían hacer desaparecer la prueba del delito, así que la información aportada resultaba clave para que se procediera al abordaje de la misma y a la detención de los implicados con algo de droga aún en su poder. Las imágenes que pueden captarse con las cámaras son de calidad, distinguiéndose perfectamente a los ocupantes de una embarcación así como las actuaciones que están llevando a cabo.
El viento, las fuertes lluvias y la niebla son las únicas trabas que frenan la efectividad de estos controles y que terminan aminorando la capacidad operativa de la que puede disponer el Instituto Armado para su vigilancia.

José Luis Andreu, Manuel Solano y Antonio Serrano, integrantes del Sector aéreo Sur de la Guardia Civil.

Entradas recientes

Moda Casual y mascotas protagonizan el desfile de este miércoles

La Semana del Comercio continúa con sus desfiles para promocionar el comercio local, En esta…

09/10/2024

Cómo planificar el futuro del urbanismo a través de la ley de suelo

Repensar las reglas del juego para construir el urbanismo futuro de Ceuta. Es la propuesta…

09/10/2024

La Policía Nacional celebra los Ángeles Custodios

La Jefatura Superior de la Policía Nacional de Ceuta ha celebrado en la tarde de…

09/10/2024

La Policía Nacional se viste de gala para conmemorar a su patrón

La iglesia de los Remedios ha acogido esta tarde la solemne misa en conmemoración a…

09/10/2024

Alumnos de 2º Bachillerato convocan huelga y concentración el viernes

Los alumnos de 2º de Bachillerato de Ceuta han convocado una jornada de huelga y…

09/10/2024

Los ceutíes, los que viven menos años en todo el país

Ceuta y Melilla se sitúan como las regiones españolas con menor esperanza de vida según…

09/10/2024