Las matemáticas nunca engañan. Los equipos de Liga Nacional juvenil de fútbol, AD Ceuta y UA Ceutí, ocupan puestos de descenso, mientras que el Ciudad de Ceuta, de fútbol-sala, es líder después de ganar sus dos partidos y por goleada.
El análisis de esta situación podría ser largo y extenso. Pero no hay que ser muy listo para darse cuenta de los principales factores que motivan esta diferencia.
Sin entrar en valoraciones en cuanto a la mayor, digamos, permisividad arbitral en el ‘José Benoliel’ de temporadas anteriores (este año no regalan nada, y encima los responsables de los equipos echan humo), la gran diferencia es la proyección de futuro y la situación en cuanto a competiciones.
En fútbol tenemos un equipo en lo más alto, la AD Ceuta, que no cuenta con la cantera caballa. Es un hecho, y más este año en el que la situación económica ha obligado al club a tomar la decisión de entrenar en el ‘exilio’, en la localidad sevillana de San Juan.
Ningún jugador ceutí en la plantilla (vamos a contar a Chakir, aunque sólo ha jugado en el Liga Nacional) es un dato que habla por sí solo. La cantera caballa no vale, y los jóvenes ceutíes no son tontos y lo saben. ¿Para qué esforzarse y trabajar duro? Pues eso.
En fútbol-sala todo lo contrario. Tenemos un equipo juvenil que tiene como referencia a un UA Ceutí que no sólo compite en una categoría superior que la AD Ceuta (no es lo mismo jugar contra el Villanueva que contra el filial del FC Barcelona, por ejemplo), sino que cuenta con más de media plantilla de futbolistas nacidos en Ceuta.
Y claro, no es igual tener que repartir la calidad entre tres representantes para categoría nacional que concentrarlo en uno. Pues eso.