Ciñéndonos a nuestra ciudad y leyendo su prensa, viendo sus televisiones o sus digitales u oyendo sus radios, es fácil comprobar el empecinamiento de un grupo más o menos compacto de personajes, que una y otra vez inciden en la idea de que todos los medios de comunicación locales están comprados por el gobierno que preside Juan Vivas. De manera reiterada, por escrito o de palabra, lanzan ese mensaje –y ahí está la contradicción- precisamente a través de dichos medios, obsesionados ellos en su más que complicado empeño de desgastar la figura del Presidente de la ciudad y desacreditar al partido que lo respalda.
Viendo lo anteriormente expuesto, que responde a una realidad incontrastable (no solo hay ruedas de prensa o declaraciones, sino hasta columnas fijas semanales en prensa), cabe preguntarse de dónde sacan la conclusión de tal supuesta venta. Hasta es posible que alguno de ellos aparezca con tanta frecuencia en los medios informativos de la ciudad –o incluso con más- que el propio Juan Vivas, intentando machacarlo sin la menor contemplación, y ello con una tozudez digna, sin duda, de mejor causa. Pero, como ya dije en otra ocasión, recordando la famosa frase de “El Gallo”, lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.
Ni en política, ni en ninguna otra faceta de la vida, deberían caber la ira o el odio. Sin embargo, hay ocasiones en las que da la impresión, al menos, de que dichos recusables sentimientos están latentes en quienes tratan de vapulear al que, en pura democracia, es legítimamente la primera autoridad de Ceuta. Tanto como se criticó la crispación, y ahí está, en los escritos y palabras a que aludo. Desde acusar de racismo a él, a su partido y a sus votantes, hasta hablar de no sé cuántos escándalos, de abusos de poder y de supuestas tropelías sin número. No estamos ante una oposición racional, que ha de ejercerse desde la moderación. Van bastante más lejos, aprovechando además para decir que ellos -y solo ellos- pueden ser los salvadores de esta tierra. Pues a la vista de las peregrinas ideas que suelen exponer, mucho me temo que aviados estaríamos si alguna vez cayera el poder en sus manos.
No es ningún secreto mi militancia en el partido que viene venciendo en Ceuta desde hace años en todas las elecciones, locales o generales. Pero puedo decir bien alto, y demostrarlo, que cuando consideré adecuado censurar algún aspecto de la gestión del actual gobierno autonómico lo hice públicamente, y con plena libertad, a través de estas colaboraciones dominicales. Sin ir más lejos, recuérdese mi artículo “Centro y periferia”, publicado en “El Faro” el día 16 de enero pasado; mi reiterada postura contraria a lo que estimo exceso de peatonalización y supresión de aparcamientos en vías públicas esenciales y mis críticas a la Fundación “Ceuta Crisol de Culturas”, tal y como ha sido concebida.
Pero no tengo reparos en decir que coincido con la mayoría absoluta de los electores ceutíes al estimar que no encontraremos otro Presidente como Juan Vivas, quien cuenta con mi pleno apoyo, pese a mis aludidas quejas. De esta postura ni me apeará nadie, ni desde luego tengo por qué disculparme. Faltaría más.
Lo único que he tratado de poner de manifiesto es la profunda contradicción en que incurren esas personas a las que me he referido, las cuales utilizan sin el menor recato los medios informativos locales para oponerse como sea al Gobierno de la Ciudad, acusando a aquellos, a su vez, y con el mayor desparpajo, de estar vendidos.
O lo uno, o lo otro. Menuda paradoja.