El otro día hablábamos de la unidad de todos los partidos políticos tras el atentado de Barcelona. Afirmábamos que era una oportunidad ante el enfrentamiento exacerbado que se había vivido en los últimos meses. Pero siempre tiene que haber alguien que saque los pies del tiesto. No es comprensible la frase del consejero del Interior de la Generalitat cuando diferenció entre víctimas catalanas y víctimas españolas. No se puede hacer política con las víctimas. El consejero no ha sabido estar a la altura.
Ha sido un atentado con muchas nacionalidades y con víctimas. Pero volvemos a repetir que no se puede ser más execrable. No hay víctimas catalanas y víctimas españolas. Sino el lloro de un solo pueblo, de un solo sentimiento que se llama España. El consejero debería aprender del comportamiento de los barceloneses.