Los hechos tuvieron lugar en uno de los pubs de la familia de Fernando Ramos, el Dublín y ambos se denunciaron mutuamente en la inspección de guardia de la Jefatura Superior de Policía
El consejero de Juventud, Deportes, Turismo y Fiestas, Fernando Ramos, se vio implicado en la madrugada del viernes en una pelea en el pub Dublín, que ahora, mientras que está en responsabilidades políticas, está a nombre de su esposa. El otro protagonista fue uno de los hermanos Pérez, siendo uno de ellos el anterior responsable de la Escuela Hípica.
Todo el conflicto se inició cuando el político llegó, alrededor de las dos de la mañana, al establecimiento hostelero y vio que Pérez se encontraba en el interior del mismo, siendo su objetivo que lo abandonara “porque ésta es mi casa”.
El consejero de Festejos, Fernando Ramos, ha asegurado que él no respondió a la agresión que en el local recibió por parte de uno de los hermanos Pérez, Rafael, y que fue éste el que le empujó. Además indicó que iba a aportar en el juicio las cámaras que tiene el establecimiento y que grabaron lo ocurrido. Una versión que se conoció al término del Consejo de Gobierno celebrado por la mañana. Su portavoz, Jacob Hachuel, avanzó que el Gobierno nada sabía de este suceso y que la primera noticia la tenía tras la pregunta de los periodistas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
Por su parte, Rafael Pérez, ha explicado a El Faro, cómo fueron los hechos según su versión. Dice que se encontraba en el pub Dublín junto a dos amigos y después de una hora en este local apareció Fernando Ramos acompañado de varias parejas y “automáticamente” se fue hacia Pérez “en plan desafiante” y “a 20 centímetros” le preguntó “qué estás mirando, chalao”, a lo que Pérez respondió que “el único chalao” que había era él.
Siempre según Pérez, en ese momento un acompañante suyo se metió en medio para calmar la situación, y Ramos se puso “hecho un energúmeno” intentando dirigirse hacia Pérez para agredirle. Una de las veces, según la versión de Pérez, Ramos le tocó y éste respondió empujándole. Entonces la gente les separó.
“Ramos gritaba que se fuera de su local”, ha dicho, a lo que Pérez se negó, diciéndole al portero que no había hecho nada, que había sido Ramos quien había alterado el orden y que le había buscado. Pérez asegura que él se situó en otro lado de la barra y Ramos volvió a “increparle y provocarle”, insultándole a él y a su hermano, produciéndose un pequeño forcejeo que no llegó a más ya que la gente les separó. Ramos ordenó al portero que le echara del local, y tras pedírselo éste a Pérez “de buenas”, accedió a irse. Entonces llegó la Policía Local y la Policía Nacional.
Ambos se han denunciado mutuamente en Comisaría por lo que esta mañana se celebrará un juicio rápido a partir de las 11.00 horas.
Un conflicto entre ambos que tiene a la gestión de la Escuela Hípica como fondo
El enfrentamiento entre el consejero Ramos y la familia Pérez viene ya de lejos, desde que siendo ya responsable del Instituto Ceuta de Deportes decidió que había llegado el fin de la relación del director de la Escuela Hípica, Javier Pérez, con la misma, decidiendo que lo iba a sacar a concurso. Sin embargo, el tiempo se fue echando encima y para poder abrir nuevamente las instalaciones se estuvieron realizando una serie de contratos menores a lo largo de la temporada 2015-2016 para el funcionamiento de la Escuela y que de esta manera no salieran perjudicados los cientos de usuarios de la misma. Lo cierto es que fue una decisión de Ramos la de no renovar el convenio que anualmente tenía el Instituto Ceuta de Deportes con la empresa de Javier Pérez.
Una vez que terminó el curso a finales de junio, por parte del ICD se le dio un tiempo a Javier Pérez para que sacara a todos sus caballos de las instalaciones que son propiedad de la Ciudad Autónoma, trasladando la mayor parte de los mismos a Sotogrande. El único acuerdo que se mantiene entre ambas partes es el alquiler de una serie de caballos propiedad de Pérez por parte del Ayuntamiento de nuestra ciudad.
La familia Pérez siempre ha manifestado que todas estas decisiones que había tomado el consejero Fernando Ramos no venían, como el mismo explicaba, para un mejor funcionamiento de las instalaciones sino que era una venganza personal por problemas que databan de hace varios años.
Incluso, el mismo Javier Pérez presentó una denuncia en el Juzgado contra el consejero acusándole de una serie de delitos como prevaricación y malversación.
Los conflictos de Ramos con los pubs
Los conflictos de Fernando Ramos teniendo como fondo los pubs de su propiedad comenzaron cuando en el mes de octubre, el PSOE denunció que había sido multado por mantener una terraza que había sido clausurada al no tener permiso. El portavoz del Gobierno, Jacob Hachuel, confirmó que la Policía Local tenía instrucciones de acudir a comprobar si la terraza del pub propiedad del consejero de Turismo, Fernando Ramos, seguía operativa, toda vez que había una sentencia firme de noviembre de 2015 que lo impide. El consejero tuvo que asumir el pago de una multa de 3.000 euros que no recurrió.
Unos días después compareció el consejero, en compañía de los responsables de Gobernación, Jacob Hachuel y de Fomento, Néstor García, para pedir perdón tanto al presidente, a sus compañeros de Gobierno y los ceutíes en general por no haber sabido estar a la altura y no haber cerrado la terraza. Dijo que los negocios familiares durante su etapa en política habían pasado a nombre de su esposa.
Unos meses después, tras las fiestas navideñas, el PSOE pidió otra vez la dimisión del Fernando Ramos, por haber firmado un permiso a dos establecimientos hosteleros propiedad de su esposa en estos momentos, debido a que el político está incompatilizado por su actividad pública. Se trataba de un certificado para que los pubs Tokyo y Dublín pudieran abrir hasta más tarde en las festividades de los días 24 y 31 de diciembre. El secretario general del PSOE, Manuel Hernández, pidió la dimisión del político.
El propio secretario general de los socialistas dio a conocer las dos leyes que, desde su punto de vista, había incumplido el consejero, porque su obligación era haberse abstenido en ese expediente administrativo por afectar a un familiar directo. Por un lado, se trata de la Ley de Transparencia publicada en el año 2013 y luego la Ley de Régimen Jurídico del Sector Público.
Además, indicó que en los Gobiernos de Juan Vivas existe un antecedente parecido que terminó en dimisión. Se trataba del Ejecutivo formado en los años 2001 y 2003 cuando Francisco Torres era consejero de Participación Ciudadana. Hubo una adjudicación a un familiar suyo y el propio presidente le obligó a abandonar el Consejo de Gobierno aunque continuó como diputado hasta el final de la legislatura. Para Hernández quedaba muy claro que “los políticos tenemos unas obligaciones éticas y debemos ser un espejo para la sociedad”.