Las quemas de vehículos se han convertido en un problema extendido a muchas barriadas de la ciudad. Problemas que esconden un origen delincuencial y que tienen no solo como víctimas a los dueños de estos vehículos sino también a los demás vecinos. Y es que los amasijos de hierro calcinados quedan abandonados en la vía pública sin que sean retirados de manera inmediata, provocando imágenes tercermundistas que afean no solo la imagen que se tiene de una barriada sino que también suponen un atentado medioambiental.
Así sucede en la barriada del Príncipe, en donde sus vecinos han trasladado a El Faro el abandono de vehículos en el barrio que luego son quemados y quedan en el lugar sin que nadie los retire. No tienen titular localizado por eso la Administración los deja en la vía pública. Así sucede con coches y furgonetas, que terminan formando parte del ambiente popular, que quedan incluso volcados a modo de barricada y que nadie los retira.
Y no solo pasa en el Príncipe. Es un problema extrapolable a otras zonas de la ciudad, hasta el punto de que hay vehículos que son quemados hasta en varias ocasiones sin que nadie actúe hasta que poco a poco los chatarreros van llevándose piezas a las que consideran que pueden darle utilidad. Es el día a día en muchos puntos de esta ciudad.
Tradesones di noestra coltora.