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Las consecuencias de la falta de una Unidad Mental infantojuvenil

Esta es una situación que viven muchas familias de Ceuta. Una situación provocada por la falta de una Unidad de Salud Mental infantojuvenil en el HUCE y que les obliga a desplazarse hasta Algeciras para que sus pequeños sean allí atendidos .

Entre otros afectados, se encuentran los niños que sufren TDAH, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, “una experiencia llena de reto y de emociones muy intensas”, señala la madre de uno de ellos.

En su caso, tiene dos hijos afectados por este trastorno y el mayor es tratado en la unidad mental infantil juvenil de Algeciras desde que apenas tenía 4 años, lo que le ha hecho vivir “momentos de gran tensión, incertidumbre y a la vez esperanza”.

Sobre cómo detectaron que algo no iba como debía, esta madre recuerda “con claridad cómo desde muy temprana edad notábamos que algo no estaba bien, que mi hijo no se desarrollaba al mismo tiempo que otros niños. Tenía dificultades para hablar y ni siquiera pronunciaba mamá a sus 4 años. Esa situación me preocupaba profundamente”.

Comparaba este comportamiento con el de su otro hermano y las diferencias eran muchas por lo que “la angustia crecía con cada día con cada intento fallido de encontrar una respuesta y soluciones”.

"Con lágrimas en los ojos acudí a su pediatra"

Con esa desesperación, y “con lágrimas en los ojos acudí a su pediatra, quien supo escucharme y entender mi preocupación, el doctor Atila. Gracias a él, logramos ser derivados a la unidad especializada en Algeciras, donde comenzó el proceso de diagnóstico y tratamiento”.

Aunque no fue hasta los 6 cuando se confirmó el diagnóstico, “ese primer paso fue crucial para recibir la atención temprana que tanto necesitaba, como el caso de la logopedia”, señala la madre.

A partir de ahí, su pequeño “fue atendido por un equipo multidisciplinario, compuesto hasta el momento por un psiquiatra, un psicólogo y un enfermero, lo que nos ha permitido ofrecerle el apoyo necesario para estabilizar su situación”.

Desde entonces ya han pasado 14 años que no han estado exentos de sacrificios ya que “cada revisión, cada consulta, implica madrugar, conciliar el trabajo, coger el barco y recorrer distancias para llegar a tiempo”.

Aún así, todo vale pena por el hecho de ver cómo el niño avanzaba paso a paso porque “como madre, no hay esfuerzo que no esté dispuesta a hacer por el bienestar de mis hijos”.

Otro diagnóstico

Sin embargo, cuando todo parecía ir encaminado, su situación se complicó cuando hace 8 años, su otro hijo también fue diagnosticado de TDAH aunque agravada por un trastorno de la conducta y dislexia.

“Este diagnóstico trajo consigo un nuevo conjunto de desafíos. El camino, en su caso, fue más duro aún. Durante mucho tiempo, desde Infantil y Primaria, no tomaban en serio nuestras preocupaciones, a sabiendas de los antecedentes familiares de su hermano, y la falta de seguimiento psicopedagógico por parte de la tutora de mi segundo hijo y la orientadora, retrasó significativamente la atención que tanto necesitaba como mi primer hijo”.

Esto provocó mucho sufrimiento en la familia hasta que finalmente, y gracias a la ayuda de su pediatra, lograron que recibiera atención médica, aunque no sea la que él necesita, que es la misma que su hermano recibe en Algeciras.

Y es que, en este caso no lo han derivado al otro lado del Estrecho, si no que está siendo tratado en el HUCE a pesar de que “en Ceuta nunca ha existido ni existe una unidad mental infantil juvenil, como la que acabamos de dejar en Algeciras”, relata esta madre mientras volvía en barco de una revisión.

A pesar de eso, “nunca dejamos de luchar por él pero la tristeza siempre está presente porque, digo, por qué a uno sí se le pueden dar estas atenciones, pero fuera de mi ciudad, y en mi ciudad, que el hermano tiene la misma “patología” y las atenciones deben ser las mismas, no se la pueden ofrecer”.

Aún así, estos padres tienen la “la esperanza y la certeza de que estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para ayudarlos a salir adelante. Ser madre de dos niños con necesidades especiales me ha enseñado mucho sobre la fuerza y el amor incondicional y la importancia de no rendirse”.

El papel de la Asociación TDAH Ceuta

En todo este proceso, un apoyo y una motivación fundamental ha sido la asociación TDAH Ceuta, “que empezó una recogida de firmas para que exista en Ceuta una unidad mental para todas las patologías mentales, para que por fin pueda haber en Ceuta un protocolo de actuación en educación, en sanidad, en servicios sociales. Si no tenemos una sanidad digna, ¿cómo activarían un protocolo de obligado cumplimiento?”.

Esto es imprescindible para que en estos casos “sepan cómo atender y cómo activar una atención temprana”.

Tener en Ceuta una Unidad Mental infantojuvenil ayudaría a muchos niños y jóvenes que cualquier trastorno o problema mental a tener las mismas garantías que los pacientes de la Península.

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