El vigésimo congreso del PP, en el que Pablo Casado será relevado como presidente del partido y donde también habrá representantes de Ceuta, tendrá lugar en Sevilla el viernes 1 y el sábado 2 de abril, con la participación de 3.109 compromisarios y con el eurodiputado Esteban González Pons al frente del comité organizador. La junta directiva nacional del PP ha aprobado este martes el reglamento para ese congreso, que es similar al del anterior, de 2018, salvo en las fechas.
En representación de la ciudad, el presidente del PP de Ceuta, Juan Vivas y la secretaria General del PP de Ceuta, Yolanda Bel, han asistido al Comité Ejecutivo del partido y a la posterior Junta Directiva Nacional, en la que también han participado Carlos Rontomé, portavoz del grupo popular en la Asamblea; el senador por Ceuta, David Muñoz Arbona; y el presidente de NNGG de Ceuta, Pelayo Alcaina.
Conforme a lo dispuesto en los Estatutos, se propone el nombramiento de una Comisión Organizadora, que tendrá plenas competencias sobre todos los aspectos y decisiones relacionadas con la preparación del Congreso y que estará integrada por: presidente, Esteban González Pons; secretario, Juan Carlos Vera Pro; un representante por Comunidad Autónoma y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y un equipo de organización. La coordinadora general será Cuca Gamarra y en dicho comité organizador, figura la secretaria general, Yolanda Bel.
Quien quiera ser precandidato a presidir el partido necesitará las firmas de cien militantes y si hubiera al menos dos candidaturas la campaña electoral será del 11 de marzo al día 20. El plazo para presentar las precandidaturas terminará a las 20:00 horas del 9 de marzo y el plazo para optar a ser compromisario expirará a las 14:00 horas del 16 de marzo.
Las asambleas para elegir a los candidatos a la presidencia y para elegir a los compromisarios se celebrarán el 21 de marzo. De los 3.109 compromisarios, 437 son natos y 2.622 electivos, 10 pertenecen a la comisión organizadora y 40 al PP en el exterior.
¿Trampolín electoral para Andalucía?
La elección de Sevilla como sede del congreso extraordinario en el que se cerrará la etapa de Pablo Casado y se lanzará el nuevo PP, previsiblemente con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, pretende ser también un trampolín electoral para el presidente andaluz, Juanma Moreno, y para el gallego. La elección de Andalucía para acoger este cónclave tiene un trasfondo importante, ya que es la próxima cita electoral fijada en el calendario (como máximo en otoño), por lo que el resultado que obtenga Moreno será también la primera prueba para Feijóo.
Los populares andaluces celebran que desde Sevilla se pueda "lanzar" el nuevo proyecto del partido, lo que consideran una muestra palpable del peso que tendrá la comunidad en esta etapa. El congreso servirá para reforzar al presidente andaluz ante la próxima cita electoral, ya que Juanma Moreno ha sido uno de los principales apoyos de Feijóo en este proceso interno, siempre le ha mostrado su respaldo público y le tiene como referente de gestión.
Moreno quiere un congreso de unidad, sin "líos" internos que le puedan perjudicar, más aún tras manejar sondeos internos que le dan una bajada de 4 o 5 puntos en intención de voto a causa de la guerra desatada entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado. "Yo he dicho que si el congreso es tranquilito los acojo de par en par, ahora, si vienen a liarla los mando a Santiago de Compostela", dijo el propio Moreno en una entrevista radiofónica.
El jefe del Ejecutivo andaluz tiene la experiencia de noviembre, cuando el congreso de Granada para su reelección al frente del PP-A se vio opacado por lo que calificó como "enredos estériles", también a cuenta de la guerra entre Ayuso y Casado.
La pretensión ahora es hacer un congreso que cierre las heridas del partido, que ponga fin definitivamente la peor crisis del PP y que, a nivel autonómico, permita a Moreno concurrir a unas elecciones con plena sintonía con la nueva dirección nacional, algo que no se daba con el equipo de Casado y Teodoro García Egea.
Moreno cuenta con todos los sondeos a su favor y algunos incluso le sitúan cerca de la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz, aunque se prevé que Vox sea elemento clave para gobernar.
La lucha estará sobre todo en el voto de centro, algo en lo que los populares andaluces creen que se van a ver beneficiados por la llegada de Feijóo, quien además dará vía libre a Moreno para confeccionar las listas electorales, lo que aleja otra posible disputa que se atisbaba en el horizonte con la anterior dirección.
Moreno, que siempre vio en Feijóo la solución al problema que vivía el partido, mirará el resultado de este congreso extraordinario a través del cristal electoral, ya que este cónclave y la reacción al posible pacto con Vox en Castilla y León suponen dos piedras de toque decisivas para la convocatoria.
Se espera que Andalucía tenga peso en la próxima dirección nacional y ya suenan nombres del equipo del Gobierno andaluz, como el portavoz, Elías Bendodo, del que Moreno no quiere prescindir, el consejero de Hacienda, Juan Bravo, o las consejeras Carmen Crespo y Marifrán Carazo, además de la exministra Fátima Báñez.
Los populares tendrán que mirarse al ombligo en Sevilla en abril para relanzar el proyecto. Moreno estará al lado de quien, hace ya tiempo, dijo que era "el espejo" en el que se miran muchos presidentes, Alberto Núñez Feijóo.