El magistrado titular del
juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha condenado al llamado B.E.H. por un delito de resistencia a funcionarios de la
prisión. Se le impone una condena de 6 meses de multa con una cuota diaria de 6 euros al considerarse probado que, estando interno en la penitenciaría de Mendizábal, se resistió a los funcionarios tras desobedecer sus indicaciones.
Aquello ocurrió en febrero de 2022, cuando este ceutí fue requerido para entrar en la celda y se le practicó un cacheo. Con ánimo de quebrantar el principio de autoridad, mostró resistencia activa a salir de su chabolo, dando manotazos y golpes a la puerta hasta que terminó siendo trasladado al módulo de ingresos para su aislamiento.
Tal y como se recoge en la sentencia, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico, el ahora condenado
negó haberse resistido a las órdenes dadas manifestando todo lo contrario, es decir, que colaboró con los funcionarios.
Contra esta versión prevalecieron las de los trabajadores de la prisión quienes insistieron en que B.E.H. estaba insultando, dando voces y desobedeciendo a las órdenes que se le daban. Tras decidirse su aislamiento se resistió lo que llevó a tener que emplear la fuerza para trasladarle al módulo de ingresos.
Ese mismo relato fue refrendado por la Jefatura de Servicios de la cárcel.
Se considera por tanto la existencia de “prueba de cargo suficiente” para “más allá de toda duda razonable” declarar enervado el derecho fundamental a la presunción de inocencia.
Tomando como base el informe del jefe de servicios y la manifestación de uno de los funcionarios, “no hay razón para pensar que existiría un ánimo avieso en la declaración del agente, pues el mismo acusado reconoció en su interrogatorio que no existe una previa relación especial” con el detenido.
Se da la circunstancia de que el protagonista de este suceso no quiso reconocer la comisión del delito cuando se celebró la vista oral en el Juzgado de lo Penal, pero ese mismo día tuvo que asistir a otra vista oral que se celebró en la
Audiencia por la comisión de un delito de agresión y lesiones a otro hombre, hechos que sí reconoció y que motivaron la imposición de una condena de 5 años y medio de cárcel.
En ese caso confesó haber atacado a un hombre en la barriada del Príncipe haciendo uso de un objeto punzante con el que le causó lesiones en el rostro.