La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 condenó ayer a M.M. a un año y nueve meses de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación que también conlleva el pago de una indemnización por el valor de los objetos no recuperados que se determinará en ejecución de sentencia.
Los hechos por los que ayer se sentó en el banquillo sucedieron el pasado 2 de febrero en una vivienda en la avenida Capitán Claudio Vázquez, en la que un grupo de menores celebraba un cumpleaños.
M.M. se acercó hasta los jóvenes y, tras mostrarles un destornillador y dos cuchillos, les exigió que le entregaran lo que portaba logrando obtener, al menos, cuatro teléfonos y dos documentos nacionales de identidad.
El joven no deberá cumplir la pena privativa de libertad que ha sido suspendida por tres años de responsabilidad personal subsidiaria, periodo en el que deberá participar en un programa de deshabituación o, en caso contrario, entrará en prisión.
La magistrada ha dictado la puesta en libertad del joven, que estaba cumpliendo prisión preventiva por estos hechos.
Ojala que a la juez le pase lo mismo, vaya justicia