Una multa de 900 euros es la pena que la magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 ha dictado contra E.L. acusado de un delito de resistencia que tuvo lugar el pasado 14 de septiembre contra un agente de la
Guardia Civil de Ceuta en las inmediaciones del puerto.
Uno de los agentes fue requerido en las cercanías del establecimiento ‘Cash & Carry’, donde se encontraba E.L., quien días antes había amenazado, insultado y apedreado a varios guardias civiles.
Al llegar con el vehículo de la Guardia Civil, el acusado intentó darse a la fuga, aunque fue interceptado por el agente, tras lo que se opuso de forma violenta a la detención, propinando una patada en la pierna del agente, a consecuencia del cual le produjo un hematoma cayendo ambos al suelo durante el forcejeo.
El informe médico corroboró una lesión en la tibia a uno de los agentes
En la sentencia a la que ha tenido acceso El Faro de Ceuta, la magistrada alude al relato de hechos probados que se basa en la declaración de los dos agentes de la Guardia Civil que participaron en los hechos y que, durante la vista oral, prestaron “declaraciones coherentes y complementarias” respecto de los hechos ocurridos ese día.
Los agentes ratificaron el atestado y manifestaron que procedieron a identificar al acusado porque días anteriores los había estado amenazando, tirando piedras e insultando.
Estos testimonios están corroborados por los partes médicos que aluden a una lesión en la tibia de uno de los agentes.
Los hechos por los que se le han condenado tuvieron lugar cerca del establecimiento ‘Cash & Carry’
Frente a la versión acusatoria, E.L. optó por no comparecer al acto del juicio para ofrecer una explicación alternativa o explicativa de lo ocurrido.
En la sentencia se recoge que los hechos son constitutivos de un delito de resistencia que se castiga con penas de tres meses a un año de prisión, o bien multa de 900 a 2.700 euros a todo aquel que se resista o desobedezca a la autoridad o sus representantes en el ejercicio de sus funciones.