El Juzgado de lo Penal número 1 ha dictado sentencia condenatoria
contra un ‘kamikaze’ que, en septiembre de 2013, coló a 14 subsaharianos que tenía ocultos en su vehículo llevándose por delante la silla de un gendarme marroquí y arrollando a un componente de la Guardia Civil destinado en el Tarajal. A dicho acuerdo ha tenido acceso El Faro de Ceuta. Han pasado 5 años para que haya una sentencia al respecto y este jueves el llamado S.A.M. ha aceptado la pena derivada de un acuerdo alcanzado entre su Defensa, la Fiscalía y la Acusación Particular. Deberá abonar una multa de 450 euros por un delito de falsedad documental, otros 225 por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y año y medio de cárcel por un atentado en concurso con lesiones, con empleo de medio peligroso.
Un ‘kamikaze’ cuela a 14 subsaharianos por el Tarajal A la hora de alcanzar esta conformidad se ha aplicado una atenuante de dilaciones indebidas y se ha eliminado un delito, contemplado en origen, de conducción temeraria. La responsabilidad por los daños causados, cifrada en 11.000 euros, ya fue subsanada. El acusado ha aceptado el acuerdo y ahora dependerá del criterio de la magistrada del Juzgado de lo Penal 1 de Ceuta la decisión de si ingresa o no en prisión. La Acusación Particular lo pide debido a la gravedad de los hechos, mientras que la Defensa pedirá en sus alegaciones que no. La decisión se tomará en ejecución de sentencia.
Un ‘tanque’ preparado para el pase Los hechos causaron un gran impacto mediático. La entrada en Ceuta sorprendió a los agentes marroquíes y ceutíes destinados en la frontera que separa ambos países. El conductor dirigía un todoterreno y entró acelerando llevándose por delante todos los controles y huyendo al Príncipe, en donde se le detuvo. Llevaba a 14 subsaharianos ocultos en el coche preparado para tal fin. Estos episodios se habían producido de igual manera con otros ‘kamikazes’ en Melilla. La Gendarmería marroquí efectuó disparos al aire y un agente del Instituto Armado fue lesionado, mientras que guardias y policías nacionales debían apartarse del camino para no ser atropellados.