La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha ordenado la puesta en
libertad de un
marroquí que permanecía en prisión desde el pasado 16 de abril, cuando se resistió a la detención por parte de componentes de la
Policía Local después de fugarse del pabellón de Varela-Valiño en donde estaba confinado. Se le impone la pena mínima, una multa de 900 euros, por un delito de resistencia ya que aunque queda demostrado que se resistió a su detención con “manotazos e intentos de zafarse esquivando”, dichas acciones no fueron graves y estuvieron dirigidas a impedir su arresto.
Los hechos a los que hace referencia esta sentencia, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro de Ceuta, se produjeron en la tarde de ese 16 de abril cuando el ahora condenado emprendió la huida del pabellón de La Libertad en donde estaba confinado y de donde no debía salir. Logró superar a la vigilante de seguridad y fue perseguido por dos agentes de la Policía Local que, tras una larga persecución, pudieron detenerle no sin dificultades. Queda descartado que el condenado incurriera en un delito de atentado o que intentara atacar a la vigilante de seguridad que solo pretendió impedirle salir a la carrera. Los hechos, constitutivos de una resistencia, han quedado acreditados por las manifestaciones de los policías que “no entraron en contradicciones” y que fueron coincidentes en que el interno de ‘La Libertad’ desatendió las órdenes y en que desobedeció a sus requerimientos, usando la “mínima fuerza indispensable” para detenerlo.
El ya condenado reconoció que había salido corriendo porque quería fumar y que se resistió a la detención. Desde el día de su arresto estaba en prisión preventiva en Mendizábal. En la condena queda claro que la intención del llamado M.E.I. no era la agresión sino zafarse del arresto para no permanecer en el pabellón por más tiempo.