La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 ha dictado sentencia condenatoria contra el responsable de un puesto de patatas de feria que fue vinculado con un alijo de 600 kilos de hachís. La vista judicial se celebraba el miércoles y en 24 horas se ha firmado una condena de 4 años y 4 meses para F.L.C., por un delito contra la salud pública, al existir pruebas suficientes que enervan su presunción de inocencia.
Ya en el mismo acto de juicio oral se acordó sentencia condenatoria para un trabajador de otro puesto ferial, el rumano M.O., que aceptó una pena de 2 años y 9 meses, tal y como se informó en la edición de ayer.
Según la sentencia a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro, queda probado que el empresario fue el que marcó a terceras personas el vehículo en donde debían hacer la carga de la droga, que era propiedad de otro feriante. Allí esa noche previa a la marcha de los puestos a la península, se cargó el alijo que terminó siendo descubierto por un trabajador, lo que alertó a la Policía para su decomiso.
Se ha dado validez al testigo protegido, considerado “de calidad” por cuanto siendo ajeno a los hechos y sin tener relación con ninguna de las partes, se ha mantenido en su declaración incriminando al empresario. Identificó al empresario en instrucción y lo hizo protegido por un biombo en el acto de juicio oral. Se destaca que siempre ha mantenido la misma versión y que si hubo alguna disparidad respecto a la declaración ofrecida en sede policial fue por “problemas de traducción”, sin que las mismas puedan servir para dudar de su testimonio y valía.
La magistrada ha indicado que el condenado solo se ciñó a “negar su participación”, sin aportar declaraciones que le sirvieran de coartada. En el plenario declaró que el trabajador le había propuesto meter droga en su caravana, algo que nunca había dicho en instrucción, cuando era un dato relevante para haberlo trasladado en el mismo momento del ofrecimiento a la Policía.
“No ha probado su coartada”, insiste la magistrada. A pesar de que podía haberse citado a su mujer, quien supuestamente había estado toda la noche previa al embarque con él.
La declaración del trabajador que incriminó al empresario es considerada “creíble” al “complementarse con el resto de pruebas”. De hecho él no acusó a F.L. en un principio, sino que se encontró con él en prisión después de que lo hubiera señalado el testigo protegido. Más tarde confesaría “la verdad” lo que ha terminado sirviéndole de atenuante.
La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso.
La pasada Operación Feriante volvió a ser utilizada para intentar el tráfico de drogas a gran escala, escondiéndose casi 600 kilos de hachís. Solo un año antes, en 2016, se había intervenido una gran cantidad de droga (más de 4 toneladas) en camiones de feria, que dieron pie a la puesta en marcha de una amplia investigación que se saldó con varios detenidos, todos ellos ya condenados por la Audiencia Provincial. La salida de los puestos feriales intenta ser explotada en su vena más delictiva.
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