Seis meses de prisión y una multa de 60 euros es la pena impuesta por el Juzgado de lo Penal número 1 a A.J.P. por un delito continuado de falsificación de documento privado y otro leve de amenazas, acaecido en diciembre de 2015 cuando el acusado envió varias cartas a los pacientes de una clínica dental, con las que intentaba desprestigiar su imagen. Motivado por el ansia de venganza tras haber sido despedido de la citada clínica, donde ejercía de director, A.J.P. confeccionó varias cartas con ánimo de perjudicar a la empresa y generarle descrédito. Simulando que era la propia clínica dental la que enviaba dichas misivas, el acusado remitió cartas a tres pacientes, utilizando el sello de la entidad, así como otros datos identificativos de la misma y, consciente de que las declaraciones que efectuaba en las cartas no se correspondía con la realidad, redactó el siguiente contenido: “Debido a las continuas roturas de su prótesis y tras haber hecho un estudio minucioso del porqué de esas roturas, hemos decidido cambiárselas por unas nuevas....Creemos que el problema está en la toma de medidas originarias”. Seguidamente, les citaba para una nueva consulta con el fin de solventar el supuesto problema que, según el escrito, había sido provocado por la clínica. Además, el acusado telefoneó a un antiguo trabajador y a otra de las empleadas para que le trasladara a la administradora y propietaria de la clínica un mensaje por el que le daba un determinado plazo de tiempo para que le entregara “lo que esperaba” (refiriéndose a una cantidad de dinero) o, de lo contrario, localizaría a más pacientes para decirles más calumnias sobre su tratamiento para que estos solicitasen la devolución del importe del mismo. Asimismo, exigió a la propietaria la cantidad de 2.000 euros ante la amenaza de denunciar supuestas irregularidades e incumplimientos, así como la aplicación de tratamientos inadecuados a los pacientes. A.J.P. reconoció los hechos por los que se sentaba en el banquillo y se conformó con la pena solicitada por el Ministerio Fiscal, aunque no deberá cumplir prisión al no tener antecedentes computables al delito por el que se le ha juzgado.