Desde el círculo Podemos de Ceuta queremos expresar nuestra condena y nuestro más profundo rechazo hacia las pintadas de ideología neonazi que se han visto estos días en nuestro ciudad, así como nuestra repulsa ante todo comentario racista o xenófobo publicado en las redes sociales a raíz del incidente que se produjo hace unos días en la Plaza de los Reyes con la comunidad siria allí acampada.
Ni siquiera ha hecho falta que se aclaren los hechos. Para muchos, por desgracia, daba igual. Sabían quién era el malo. El malo, cómo no, era el sirio, el extranjero, el otro.
Muchos dirán que se trata de un hecho aislado y es posible que así sea, pero no es menos cierto que la historia refleja la facilidad con la que se integran las ideas racistas en los momentos de crisis, de ahí la importancia de erradicarlas y condenarlas ante el más mínimo atisbo.
En momentos de necesidad, el fascismo se vuelve un peligro real, pues el fascismo es mucho más que cabezas rapadas dando palos. El fascismo ha sido, históricamente, el mecanismo que ha usado el poder cuando no ha podido imponer su modelo económico de manera más o menos democrática. Cuando las fuerzas sociales progresistas que exigen políticas sociales y económicas más justas comienzan a recabar apoyos en momentos de miseria generalizada, el poder, asustado, echa mano de sus perros con la intención de frenar el avance popular y democrático de los de abajo. Eso es el fascismo: la reacción de un poder que teme perder sus privilegios. Eso fue Hitler ante el peligro de las ideas socialistas en Alemania; eso fue Franco ante el triunfo democrático del Frente Popular en 1936; eso fue Pinochet cuando derrocó al gobierno popular de Salvador Allende.
No podemos consentir que el descontento, en lugar de encontrar su sitio en las fuerzas inclusivas y defensoras de los Derechos Humanos, canalice en ideas extremistas que focalicen el odio en el débil en lugar de hacerlo contra los poderosos que nos saquean a todos. Como decía una canción, “Nativa o extranjera, es la misma clase obrera”. No al racismo. No al fascismo.