Garzón procesó a 32 detenidos en esta operación
La "red Tigris" se articulaba en cuatro grupos perfectamente definidos en Madrid, Barcelona, Valencia y Ceuta, además de un grupo mixto con miembros de Madrid y Barcelona en torno la la figura de Mohamed Larbi Ben Sellam. La instrucción realizada por el que era titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 concluía que la red "Tigris" estaba vertebrada con un objetivo común, que era el envío de "mujahidines" desde la península a Irak, con el objetivo añadido, en el grupo de Ceuta, del tráfico de armas y de drogas. Los integrantes de las "células" se comunicaban a través de un amplio entramado de correos electrónicos mediante los que se transmitían instrucciones, claves o consignas, además de apoyo financiero. También utilizaban los 'e-mail' para coordinarse con sus líderes en Siria y Marruecos, tal y como concluyó la Policía en sus investigaciones.
La operación Tigris, un auténtico fiasco judicial
La operación Tigris terminó convirtiéndose en un auténtico fiasco judicial. Lo que inicialmente “prometía”, jurídicamente hablando, terminó quedando en nada y 10 de los 14 acusados en la trama, entre ellos varios ceutíes, fueron absueltos sin encontrarse vinculación alguna con la cobertura logística o económica que supuestamente habían ofrecido a los autores del 11-M. En la sentencia de la Tigris, recurrida ante el TS, la Audiencia Nacional sostenía que las conversaciones, las amistades o la propia ideología no permiten hablar de pertenencia o colaboración con organización terrorista mientras no haya una vertiente activa. Y eso es lo que sirvió a los imputados para quedar en libertad.
La Audiencia Nacional se vio obligada a absolver a 10 de los 14 procesados en la llamada operación Tigris en la que en 2005 fue desarticulada una red dedicada al envío de muyahidines a Irak, entre ellos algunos autores del 11-M, por irregularidades en la intervención de correos electrónicos.
En la sentencia, la sección segunda de la Sala de lo Penal del tribunal condenó a Kamal Ahbar y a Samir Tahtah a 9 años de prisión por integración en organización terrorista, a Mohamed El Idrissi a 5 años de cárcel por colaboración y al ceutí Hamed Hamu a dos años por falsificación, pero no por estas vinculaciones radicales.
De los catorce procesados, doce se encontraban en prisión, de los que nueve fueron puestos en libertad antes de conocerse el fallo judicial, ante el estado de las deliberaciones de la sentencia. El fallo consideró probado que los miembros de esta célula, liderada por Ahbar y Tahtah, participaron en el envío de muyahidines a Irak, entre ellos alguno de los presuntos autores del 11-M, que tras huir de España lograron perpetrar atentados suicidas en dicho país árabe.
En concreto aseguró que la red propició la salida de España de Mohamed Alfalah, Mohamed Belhadj, Daoud Ouhanne, Said berraj, Otman el Mouhib y Abdellilah Hriz, éste último condenado en Marruecos a 20 años por su implicación en el 11-M.
Sin embargo se absolvió la mayor parte de los procesados por “injerencia en el derecho al secreto de las comunicaciones”, ya que no consta que el Juzgado de Instrucción “haya emitido ningún acto motivado en el que se haya hecho una mínima ponderación de los derechos fundamentales en juego”. La instrucción de esta causa correspondió al Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, del que era titular Baltasar Garzón, aunque cuando se puso en marcha la operación Tigris éste se encontraba en Estados Unidos con un permiso por estudios, por lo que entonces estaba al frente el juez Fernando Grande-Marlaska.
Según explica el tribunal, “existe una cadena de confusas resoluciones que posiblemente sean el origen del problema”.
Apuntes
Conformidad y juicio
Dos de los cuatro acusados optaron por conformarse con las penas beneficiándose de los atenuantes; por contra los otros dos, que se declaran inocentes, se sometieron a juicio y están a la espera de que en breve se conozca la sentencia.
No son integristas
Los cuatro ceutíes que están acusados nada tienen que ver con tesis islamistas radicales, de hecho por aquellas causas fueron absueltos. La operación Tigris se desinfló por irregularidades en el proceso.
De nuevo las escuchas
En el caso de marras no fueron las escuchas telefónicas las impugnadas sino los correos debido a que se entiende que existió un fallo de instrucción al no haberse fundamentado las intervenciones que hizo la Policía sobre los e-mails.
De 2005 a 2011
El juicio de ayer muestra cómo todavía quedan coletazos que no han sido esclarecidos en esta llamada operación Tigris. Ahora cabe esperar la resolución de las dos sentencias para quienes no quisieron conformarse.
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