La concentración de los lunes de los transfronterizos en la Plaza de los Reyes, en Ceuta, se ha convertido en toda una tradición, en la que sus miembros no pierden la esperanza de seguir luchando por lo que ellos exigen. No decaen y siguen pidiendo el permiso de residencia en esta ciudad para que así se les otorgue garantías con el fin de entrar y salir sin tener miedo de perder el puesto de trabajo o quedarse más allá de la frontera.
Los rumores de la apertura no suscitan ilusión entre los transfronterizos, ellos exigen igualdad, derechos para desarrollar sus funciones sin ningún problema. La jornada de hoy no ha sido como las anteriores, puesto que no ha habido demasiados cánticos. El protagonismo lo han tenido sus víctimas, quienes se ven afectadas en todos los sentidos.
Por un lado, Fatima Lamrani explica que trabaja “con una persona durante ocho años, pero cuando el hombre murió, me dieron de baja. Y esto me afecta en todo porque ahora mismo no sé qué hacer”, confiesa ella, quien se encuentra ahora trabajando para otro cliente, pero sin la garantía de un contrato de por medio.
Por otro, su compañera Bania Milouda comenta que se encuentra en la misma situación. Ella trabajaba con una señora, la cual murió hace tiempo y finalmente acabó en el paro. Sin garantías que la amparase para así seguir adelante. Además, añade que “si traspaso la frontera, no podré volver. No sé qué pasará conmigo”.
La realidad de estas dos personas no está siendo nada fácil. Sin contratos y sin la seguridad de tener una vida estable. Ellas dependen de quien las llame para limpiar casas. Además, ya cuentan con su documentación oficial caducada, se les cumplió hace meses y ahora no saben que pueden hacer para ponerla en vigor.
Por otro lado, también se encuentra Touriza Zarhouni, quien muestra su lado más personal y con lágrimas en los ojos para explicar que lleva casi dos años sin ver a sus dos hijos. Zarhouni comenta que “no tengo ningún papel, ni derecho para salir. Ojalá que pueda encontrar a una persona que me contrate, porque el trabajo es una posibilidad para seguir al frente. Nuestra situación es muy mala y no sé cuándo podré ver a mis hijos porque no tengo la documentación renovada”.
A esta concentración matutina no han faltado las pancartas. Esta vez, cabe destacar otras dos nuevas hechas a cartulinas. En ellas reza: “¿Qué hemos hecho mal para no tener los mismos derechos que los demás?” o “¿por qué queréis que sigamos siendo esclavos en el trabajo?”.
Las preguntas continúan, las respuestas por parte de la Delegación no. Los transfronterizos seguirán con la concentración a modo de protesta para así visibilizar un problema que llevan tiempo sin solucionar.
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