“Con un pequeño empujón se puede salir del círculo de la pobreza extrema”

–Es inevitable preguntarle por la época de crisis que vivimos en España y que quizá en la India esta situación se mire o se sienta de otra forma. ¿Qué significa la palabra crisis para todas esas personas a las que ayudáis? –La pobreza y la crisis no sólo se miden por la falta de recursos económicos. También van ligadas a la falta de oportunidades, a la vulnerabilidad o a la falta de confianza en uno mismo. El rechazo, la discriminación, muchas veces inciden más en las personas que la propia escasez de recursos. Esto provoca que a menudo estas personas tengan una gran falta de autoestima, lo que les impide confiar en sus capacidades para poder revertir la situación tan complicada en la que viven. No olvidemos tampoco que hay miles de personas que tienen muchos problemas para seguir adelante y que en la India, debido a esta crisis financiera, hay otros 100 millones de pobres nuevos. La Fundación Vicente Ferrer (FVF) ha trabajado en los últimos 43 años para poder revertir esta situación de marginalidad en la que vivían casi tres millones de personas, pero todavía queda mucho camino por recorrer.
–Son muchos los españoles que dicen que antes que ayudar a personas que consideran lejanas, lo prefieren hacer con las cercanas. ¿Han sentido la merma de la ejecución de sus proyectos por falta de recursos económicos?
–Vicente Ferrer me enseñó que tenemos la obligación taxativa de ayudar a todo ser humano que sufra, no importa de donde venga, que las dificultades están para ser vencidas. Que hay que sumar y que no podemos dejar de construir. Hemos notado un descenso notable de los recursos de las empresas e instituciones públicas y, en menor medida, de nuestros colaboradores, que también han sido golpeados por la crisis. Pero son muchos los que sufren por tener que reducir sus aportaciones.
–Tras su paso por Ceuta, ¿qué pretende que aprendan o sepan los ceutíes tras estar en contacto directo con ellos y tras reflexionar sobre la exposición que habéis traído y que recorre el país?
–Traemos a Ceuta un mensaje de optimismo, de futuro. A través de esta campaña Mujeres, la fuerza del cambio que estará estos días en Ceuta, queremos demostrar a la ciudadanía que con un pequeño empujón se puede salir del círculo vicioso que es la pobreza extrema. Queremos demostrar los avances de las mujeres en estos 30 años de trabajo en Anantapur. Se ha demostrado que si progresa la mujer, lo hace toda la familia, la comunidad entera. Es lo que queremos demostrar en Ceuta, que las mujeres de allí merecen nuestro apoyo. A pesar de lo que se ha conseguido, todavía siguen sufriendo por ser de casta baja y solo por el hecho de nacer mujeres. Queremos también acercarnos y agradecer a los numerosos ceutíes que nos apoyan su esfuerzo y,  mostrarles al mismo tiempo, el trabajo que realizamos  en Andhra Pradesh gracias a su ayuda. Queremos conocer y compartir momentos con estos amigos que para nosotros son fundamentales y a los cuales estamos muy agradecidos. Los pequeños gestos de cada uno se hacen grandes cuando se trata de vidas humanas.  
–¿Cómo se erradica una desigualdad? Imagino que con educación... pero llevan muchos años trabajando en esta parcela y consiguiéndolo. ¿Cuál es el secreto?
–Que los dálits creyesen en el valor de la educación como parte de su desarrollo y progreso fue un proceso que duró 20 años. El hambre, la búsqueda diaria de trabajo y la necesidad de alimentar a la familia eran necesidades más apremiantes que enviar a los niños a la escuela. Por lo tanto, durante los primeros años, el énfasis principal de la Fundación fue la educación. Había que motivar a los padres a matricular a sus hijos e hijas en la escuela primaria, para que aprendiesen a leer y a escribir; aún a pesar de que muchos de ellos la abandonaban para poder ayudar a sus padres en el hogar y en el campo. Creemos que el desarrollo primigenio arranca en la educación. Cuando llegamos a Anatapur nos dimos cuenta de que la diferencia educativa entre los niños y niñas de las castas más altas respecto a las más bajas dificultaba su avance y progreso. La falta de educación es el germen de la desigualdad.
–Las desigualdades en Ceuta son palpables, cada día más. ¿Algún consejo a las Administraciones o a la sociedad en su conjunto para paliar esta lacra unida a múltiples factores?
–Con los recortes que las Administraciones están haciendo a las partidas de cooperación, millones de personas han quedado desprotegidas y expuestas al capricho, y esto no puede ocurrir. La humanidad esta construida de tal manera que tenemos que trabajar juntos. No somos islas separadas los unos de los otros. Mientras haya tres cuartas partes del mundo que sufren, se necesita la solidaridad de todos para hacerle frente. La ayuda de los gobiernos es importante para poder paliar las desigualdades y la falta de recursos que afectan a muchas partes del mundo. Pero lo intereses creados desarmonizan a los individuos y ahí está el problema. Todos nos tenemos que dar cuenta de la responsabilidad que tenemos y las instituciones tienen que usar de manera muy efectiva los recursos que se destinan para la solidaridad.