Consternación. Esa es la palabra que mejor define al ambiente que se vivía esta mañana en el Campus después de un fin de semana agotador y doloroso. 72 horas interminables para una comunidad que afronta uno de los acontecimientos más trágicos de su historia. Todos están con Manuel, el joven estudiante de Enfermería que desapareció el pasado viernes en Ecuador y, aunque la esperanza es lo último que se pierde, era imposible compungir las lágrimas.
Saben que la situación es crítica y complicada. Son conscientes y por ello, concentrados y al unísono en una sola voz la comunidad universitaria se concentró para clamar al Gobierno español que no desista, que apoye a las instituciones ecuatorianas, “porque sabemos que es un país subdesarrollado falto de mecanismos”, y le piden que emplee todos los medios necesarios, económicos o físicos, porque lo más importante es “que no se olvide de Lete”.
Un grito de SOS al Gobierno. Palabras de apoyo a sus compañeros de clase que viajaron con Tundidor a Ecuador, “que por favor no decaigan vuestras fuerzas porque ahora sois más necesarios que nunca”, y a su familia. Y, por supuesto, un mensaje a su querido amigo: “Conservamos la esperanza de volverte a ver porque aquí tenemos una graduación que preparar y no puedes faltar”.
Manuel, más conocido entre sus amigos como Lete, tiene encogido el corazón de todos sus compañeros, “se nos paró al recibir la noticia”, expresaba Lorena Bejarano. No solo es un compañero, es un amigo, “es música”, dicen. “Es el alma de la fiesta y una persona que siempre está cuando lo necesitas”. Sin duda, el espíritu de Lete está muy presente entre estos universitarios que dejaron patente el gran cariño que le profesan a un compañeros al que desean volver a ver. “Tenemos la esperanza de que vuelvas”.
Se encuentran en “shock”, aseguraban sus compañeros, no daban crédito cuando tuvieron conocimiento de la noticia. “Pensaba que era broma”, repetía más de uno. Pero la situación se hizo real minutos más tarde cuando el acontecimiento circuló por todos los canales. Pronto todas estas decenas de jóvenes se movilizaron, cuentan que han creado un grupo en el que comparten las últimas noticias que les llegan, que “son muy pocas”, dicen amargamente. “Necesitamos más información. Nos invade la impotencia, esto es un sin vivir”, apostillaba con la voz quebrada Marcos Torres, uno de los compañeros de Tundidor.
Mientras tanto, en Chimborazo, los organismos de socorro buscan a Manuel desde el pasado viernes, cuando según los testigos fue arrastrado por la corriente, en una zona conocida como Lago Azul del Río Napo, en la localidad ecuatoriana de Tena en la Amazonia ecuatoriana. Los equipos de emergencias se encuentran peinando el río aunque la situación se presenta complicada. Las fuertes corrientes, su gran profundidad y unas condiciones climatológicas adversas están dificultando las labores de búsqueda.
Con Manuel se trasladaron a Ecuador hace dos semanas seis compañeros más. Junto a uno de ellos se adentró en el río. Este último tuvo más suerte y consiguió salir, aunque fue testigo de la tragedia de ver cómo el río arrastraba a su amigo. Los estudiantes se encuentran en estos momentos respaldados por el director de internacionalización de la UGR, que se ha trasladado hasta Ecuador, y con probabilidad adelanten su regreso a España.
La decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, Milagrosa Olmedo, vive el momento más infausto desde que accedió al cargo. Las lágrimas que inevitablemente podía ocultar dejaban muestra de ello. Ha sido una de las principales conexiones, desde el primer instante, que ha tenido la comunidad universitaria con Ecuador. “Desde el momento en que tuvimos constancia de lo ocurrido se han puesto todos los medios al alcance y hemos estado constante contacto con la Universidad de Chimborazo”, declaraba.
No se puede hacer más desde Granada, pero saben que no es suficiente. La impotencia les recorre, y cualquier dato nuevo es bien recibido. “El vicerrectorado de internacionalización es el que está llevando a cabo el protocolo de acción y estamos a la espera de saber cuáles son los sucesos”. Por su parte, la vicedecana de internacionalización de la Facultad es la que se encuentra en contacto con el resto de alumnos desplazados. “Se están portando muy bien y les mandamos todo nuestro apoyo”. Por su parte el director de internacionalización de la institución nazarí se marchó el domingo hasta Ecuador junto a dos tías de Tundidor. Hasta el lugar también se ha trasladado personal del Consulado de España en Quito.
“Lete te estamos esperando porque te quedan muchas cosas por hacer”
El comunicado que leyó Lorena Bejarano fue uno de los momentos de mayor estupor. Y si había alguien que había conseguido contener la emoción, finalmente, cayó ante sus palabras. “Lete te estamos esperando. Tenemos esperanza en volverte a ver porque aquí aún te quedan muchas cosas por hacer y, además, tenemos una graduación que preparar”.
Como portavoz oficial del grupo era de los primeros en pedir que no decaiga la búsqueda. En reclamar más medios y en implorar que no se olvide a Manuel. Aunque Antonio Ramírez también reconocía que hay un gran equipo implicado en las labores de búsqueda. “Hay muchos medios desplazados y activados para encontrarlo porque sabemos que está siendo muy complicado”.
“La información que nos llega no es suficiente”
Han creado un grupo de noticias en el que constantemente están compartiendo información. Fue así como se difundió entre los estudiantes el trágico suceso. Se han movilizado desde el primer instante y no cejan en el intento de tener algún dato nuevo sobre su compañero, aunque aseguran que está siendo muy complicado. “Necesitamos más información porque la que nos llega nos es suficiente”, asegura Lucas Cabaña.
“La sensación general es de impotencia”
Se movilizaron desde el momento en que tuvieron conocimiento. Lo hicieron en el propio Campus. Se encuentran en contacto directo con los amigos de Trebujena de Manuel, con quienes comparten información. Pero no pueden hacer más y es una situación que causa frustración. “La situación general es de impotencia por no poder hacer nada y arropar al resto de nuestros compañeros”, confiesa Almudena Bazán.
“Esto no es una película ni tu peor pesadilla, es verdad”
Los compañeros de Manuel tuvieron conocimiento de la tragedia a través del cartel que en su localidad natal, Trebujana (Cádiz), difundieron a través de redes sociales. La primera reacción de todos ellos fue de incertidumbre e incredulidad. “Pensaba que era mentira”, dice Irene Flores. Sin embargo, esa ficción pronto superó a la realidad. “Me dije, esto no es una película ni tu peor pesadilla, es verdad”.
“Es muy alegre, intentando hacer reír. Manuel es muy querido en clase”
Han sido cuatro intensos años de una casi convivencia con Manuel en los que se ha ganado el cariño y el corazón de todos sus compañeros. Las caras compungidas de todos ellos lo decían todo, y cuando se les preguntaba por el trebujenero solo cabían palabras de elogio y afecto. “Manuel es muy querido en la clase, es un chico muy alegre que siempre está intentando hacerte reír”, expresaba Marcos Torres.
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