La traducción más o menos literal de namasté es “me inclino ante ti”. Una palabra india que tiene origen en el sanscrito y que a Ceuta no le es ajena, debido al reconocimiento y a la solera que tiene la
comunidad hindú en la ciudad. Precisamente, este colectivo ha querido hoy abrir las puertas de su majestuoso templo en la calle Echegaray para celebrar un acto de agradecimiento a las Fuerzas Armadas y
Cuerpos de Seguridad del Estado por su trabajo durante la pandemia. La comunidad hindú le ha dicho así namasté a los representantes de la
Comandancia General de Ceuta (Comgeceu), Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local y Bomberos que han asistido en la mañana de este jueves a su templo. En palabras del presidente de la comunidad hindú de Ceuta, Ramesh Chandiramani, es de agradecer su trabajo en la salvaguarda de la integridad territorial y la ley. Ha destacado la humanidad de estas instituciones y su compromiso y sacrificio durante los dos años de pandemia. Chandiramani también ha hecho mención a su labor
durante lo ocurrido en la ciudad el 17 de mayo de 2021 cuando se sembró la inquietud en las calles, con la entrada masiva de miles de marroquíes.
Tras la protocolaria bienvenida se ha procedido a la explicación de la cultura y la religión hindú con la explicación de las deidades que están representadas en el templo y una breve exposición de los principales postulados del hinduismo. Posteriormente se ha procedido a la celebración del aarti, el ritual religioso en el que se ofrece una luz a una o más deidades para recibir sus bendiciones y en el que han participado todas las autoridades asistentes así como representantes de la Comunidad Hindú.
Este momento simbólico ha dado paso al cierre en el que los responsables del Templo les han entregado una placa a los diferentes responsables de los cuerpos de seguridad, momento en el que el segundo jefe de la Comandancia General, Fernando Rocha, ha querido también inclinarse a los anfitriones por su recibimiento y su respeto. Una manera mutua de inclinarse y agradecer a las personas, civiles o no, que velan porque las calles de Ceuta sean en la medida de lo posible más seguras y espacios de tolerancia e integración.