Ser de izquierdas y socialista no es tarea fácil en Ceuta. Bajo la hegemonía del Partido Popular hemos sido gobernados por un Partido que no ha logrado acercarse a la Ceuta que soñamos.
Volvemos a caer en los mismos errores a los que les damos la patente de normalidad y somos incapaces de cambiar nuestras opciones políticas.
Juan Vivas se ha convertido en un valor imprescindible para el partido y en una opción que los ceutíes han asimilado como la única opción en la que depositar la confianza.
La izquierda representada por el Partido Socialista ha sufrido una guerra fratricida que nos ha llevado a presentarnos ante nuestros conciudadanos con una imagen que distorsionan los ideales de igualdad. Necesitamos escuchar tambores de cambio, progreso, futuro y unión para trabajar codo con codo y presentar nuestras cartas sobre la mesa.
Después de todas las disputas internas, transfuguismos, consecución del poder a toda costa e intereses personales, el Partido Socialista de Ceuta comienza un proyecto renovado, consensuado y abierto para devolver la esperanza a una sociedad en crisis con muchos frentes abiertos.
La corrupción, el despilfarro económico, los barrios de primera y de segunda, el paro juvenil, el amiguismo, la ucronía y el voto cautivo son males endémicos contra los que la nueva ejecutiva deberá luchar cueste lo que cueste.
Conocí a Miguel Ángel hace unos días al calor de un café. Tenía ganas de charlar con él, analizar y confrontar el sentido de su compromiso con la ciudadanía y su grado de ilusión para afrontar su candidatura a secretario general.
Noté firmeza en sus palabras y sinceridad en la mirada. Honesto, con el socialismo en vena, charlamos del pasado, presente y futuro de nuestra Ceuta y del diario de bitácora que había empezado a escribir mucho antes de presentar su candidatura.
Miguel Ángel tiene 42 años, funcionario de carrera del cuerpo de maestros, pedagogo y conocedor del Partido ya hace muchos años.
Ejerce en Madrid la docencia al ganar las oposiciones en la capital; allí estuvo cinco años.
Militante en las juventudes socialistas siempre pensó que la política es un ejercicio en el que todos debemos implicarnos; somos sociables, y como decía Aristóteles animales políticos. No es la política una profesión, es elegir cómo nos organizamos, de que manera queremos que los derechos y deberes, la responsabilidad y la planificación puedan hacer aflorar la calidad de vida de todos y apostar que los más vulnerables sean un sector imprescindible para crear una sociedad justa.
Cree que el socialismo en Ceuta, la militancia, la sede...debe recuperar el diálogo, la fortaleza, el saber comunicar quiénes somos, qué debemos hacer y qué tenemos que aportar entre todos. Convertir la sede en un agora del pensamiento y de la crítica.
Juan Vivas ha conseguido cosas importantes pero la pobreza, la exclusión, el paro y la vivienda es una losa. El Gobierno de la Ciudad debe apostar por otro paradigma basado en la justicia social y en una Ceuta de todos y para todos. El futuro debe ser entendido como un proyecto.
La extrema derecha ha vendido el populismo con discursos cortos, incendiarios, manipulaciones informativas, soluciones a corto plazo. Todo vale: vender humo, prometer lo que la gente quiere en una sociedad desencantada desde una visión simplista. Los derechos de las personas son monedas de cambio que cotizan en bolsa.
Justificar las guerras, las deportaciones masivas, el armamento, la economía que enriquece a muy pocos y empobrece a la mayoría, como si esta fuera un juego de compra y venta en el que los seres humanos son lo de menos.
Miguel Ángel es un ávido lector y, a bote pronto, me recomienda ‘El hombre que amaba a los perros’ una novela de intriga, misterio, una historia de confidencias en la que aparecen como protagonistas Trotski y Ramón Mercader, su asesino.
Ya hemos terminado este café y seguimos hablando de todo. Los dos tenemos prisa y debemos despedirnos.
Le pregunto por un lema o frase con la que se identifique: "Los socialistas no mueren, se siembran. Siempre es bueno recordar a Pablo Iglesias”.
Mucha suerte compañero, tu suerte será la nuestra.