Carlos y su familia habían decidido acudir a comer al bar ubicado en la Casa del Mar. Como ellos, unas 30 personas más. Un sábado cualquiera de un año a punto de terminar.
El incendio en la pila de coches intervenidos en la zona portuaria cortó en cuestión de momentos esa comida. “Empezamos a notar calor, una sensación rara y luego el olor a humo. Entonces vimos que los coches que hay al lado estaban quemándose. Salieron corriendo al menos diez inmigrantes, muchos niños. Estábamos asustados e indignados porque tampoco sabíamos si eso iba a explotar, si los coches tenían gasolina”, explica a El Faro. Carlos y su mujer se convirtieron en testigos de las labores de los Bomberos, compartiendo sensaciones con otros ‘vecinos’ de mesa interrumpida por este suceso. “Estamos hartos, muy cansados de todo esto, siempre es lo mismo”, añade Juan, otro comensal del bar de la Casa del Mar, cuyas regentes fueron las primeras en alertar de lo que estaba pasando. “Pensábamos que esto iba a explotar, imagínate el susto que hemos pasado”, añade. La
Policía Nacional llegó a ordenar el desalojo de las personas que se encontraban en el interior de la Casa del Mar, cuyas habitaciones han quedado afectadas por la acumulación de humo. Los dueños del bar también tuvieron que cerrar. Ambos están al lado de donde se produjeron las llamas. El humo llegó a toda la zona de control del puerto, donde embarcan los vehículos con lo que también afectó a los trabajadores que se encontraban allí. Además fue tal la combustión alcanzada que se veía el humo negro desde la propia Marina, copando todo el cielo ya en la entrada del puerto.