Estamos asistiendo a una imparable subida de los precios de la mayor parte de los alimentos de primera necesidad. Como consecuencia miles de familias españolas pasan verdaderas dificultades para poder llegar a fin de mes y poder disponer de alimentos básicos para poder subsistir, no hablamos de lujos o caprichos, háblamos de leche, aceite, huevos, pan, frutas, verduras y que decir de carnes y pescados, esto es escandaloso, en un país como el nuestro, donde el despilfarro público en todos los sentidos es notorio y patente, existen familias, parados, jubilados, familias numerosas y un largo etcétera que pasan hambre en sus casas.
Como consecuencia de esta triste y dolorosa situación nacen las llamadas COLAS DEL HAMBRE, qué duro y qué triste a la vez es ver a esas personas, ancianos, mujeres y hombres, que superando cualquier rubor hacen cola para poder acceder a una bolsa de productos básicos para su supervivencia y poder alimentar a sus hijos.
Dejemos de lado gastos superfluos, viajes sin sentido ni justificación y adoptemos verdaderas medidas impositivas que reviertan esta situación
Y es gracias a instituciones como Cruz Roja, Cáritas y otras muchas cuyos nombres ocultan, que valiéndose de donaciones y de personas voluntarias hacen posible que todos estos conciudadanos puedan llevar a sus mesas estos productos alimenticios para cubrir sus necesidades más básicas.
Dejemos de lado gastos superfluos, viajes sin sentido ni justificación y adoptemos verdaderas medidas impositivas que reviertan esta situación, es prioritario que todos los ciudadanos de esta nuestra España puedan alimentar a sus familias, a sus hijos y a sus mayores sin necesidad de hacer colas vergonzosas para poder obtener la bolsa diaria que les permita alimentarse, principio y derecho básico en toda sociedad que se precie.