Los dos jóvenes que fueron detenidos el pasado lunes por la Guardia Civil intentando ‘colar’ a un subsahariano en el doble fondo de su coche ingresaron ayer en prisión preventiva.
Se les acusa de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros con peligro para la vida y podrían ser condenados a 7 años de prisión.
Este tipo de prácticas convertidas en algo habitual salen caras, ya que los implicados en las mismas se enfrentan a duras acusaciones debido al riesgo vital que sufren los subsaharianos, obligados a cruzar el paso del Tarajal en condiciones infrahumanas.
I.M.H., de solo 20 años y vecino de Ceuta, y J.S.E., de 18 y residente en la ciudad, están ya en la prisión de Los Rosales a la espera de juicio, después de que agentes del Instituto Armado inspeccionaran su Citröen ZX comprobando que en el interior del asiento trasero escondían a un joven de Guinea, el llamado B.M., de 23 años.
Con estos dos últimos detenidos se ha hecho lo mismo que con la media docena que ocupa otras celdas de Los Rosales bajo la misma acusación. El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial, competente en estos casos, será el encargado de enjuiciarlos teniendo a sus espaldas condenas ejemplares por este tipo de prácticas, que se han convertido en las más estiladas para la introducción de sin papeles.
Las fuerzas de seguridad lo saben, de ahí el refuerzo en los controles que se están llevando a cabo en el Tarajal para intentar liberar a los inmigrantes antes de que se produzcan desgracias.
En la última semana, los servicios de voluntarios de Cruz Roja han atendido en distintos puntos de la ciudad a inmigrantes que habían entrado por esta vía. Fueron localizados cerca del Hospital, en la Jefatura Superior o en distintas barriadas; puntos éstos en donde son abandonados por sus propios pasadores. El único caso que rompe con la tónica es el de un grupo de dos magrebíes y un subsahariano que fue atendido la pasada madrugada por la institución humanitaria tras colarse en el interior de un barco en el puerto, con el fin de alcanzar la península sin ser vistos.
En el último mes se ha detectado la entrada de casi un centenar de subsaharianos por estas vías de goteo, según las estimaciones de Cruz Roja.