Miedo me da para decir un razonamiento que esta pasada noche me ha atrapado. Y es que es sencillo llegar a la conclusión de que los medios de difusión actuales tienen una fuerza tremenda. Muchas veces se demuestra está tesis cuando vemos en los wasap de grupo una noticia que alguien ha volcado sin contrastar la. Ha creado un runrún que cuesta pensar, pero se piensa que podría ocurrir que gracias a estos fenómenos sociales actuales podría concurrir a fomentar un llamamiento en masa que daría con una concentración a favor o en contra de algo. Sólo podemos pensar en los pequeños altercados que se montaron antes de los partidos de fútbol entre rivales. Para pancismo un botón. Pues imagínense algo mayor. Donde se mezclará algo popular, con resentimientos y un cabecilla manipulador que supiera llevar a las masas. ¿Podría o no cambiar el rumbo o dirección política de un país?
Esto ya ha pasado y las consecuencias las estamos todavía asimilando. Pero quién tuvo la culpa. Por un lado la falta de previsión ante mensajes cruzados por personas que estaban hartos del sistema que tenía en ese momento. Luego no atender en directo las peticiones. El inmovilismo o pancismo, como diría un viejo locutor de radio. Estos rescoldos trajeron a la política unos encantadores de serpientes que fueron poco a poco buscando el oportunismo para llegar a lo más alto de los pedestales. Y sin pensar encontraron la poltrona. Y aquí nos han dado en todo el bebe. Oportunismo, inteligencia y muchas cosas más. ¿Dinero de fuera para intentar buscar unas doctrinas de importación? Todo vale en este mundo. Pero lo que sí digo que hay que aprender de los fallos. Y ahora hay que pensar en el mañana. Ese que quedan dos telediarios. Ese que nos valdrá para cambiar el devenir y la trayectoria de nuestra nave a punto de naufragar. No digo que se adopten medidas tajantes de antaño. Sí que digo que debería de existir una alternativa nueva pero contundente para estas nuevas y seguro prontas elecciones.
Ahora es el momento de utilizar los medios escritos nuevos y tradicionales para librar la guerra de la mentalización social. Esa sociedad que no es digna de aguantar más tiempo estos instantes de una historia que se parece mucho a una anterior a la guerra civil española. Señores busquemos una solución cívica. Pero por favor ya. El tiempo corre en contra del inmovilismo y del pasotismo.