Este sencillo trabajo está dedicado a nuestra Patrona, la Virgen Inmaculada, a todos los Infantes del Ejército Español, diplomados de Estado Mayor, cuerpo Jurídico, de Farmacia Veterinarios, capellanes y oficinas miliares. A todos ellos, le hago llegar la más cariñosa felicitación.
Los soldados podían ser de muchas naciones, pero los ejércitos eran de España, combatían por ella y fueron los que levantaron esos vientos de gloria que hoy todavía nos distinguen y asombran el mundo.
La guerra, según algunos autores, es más antigua que la civilización y es posible que aun sea más antigua incluso que la propia especia humana, como demuestran algunos restos de antepasados homínidos hallados por los arqueólogos.
EL DOGMA
El día 8 de diciembre de 1854 ha quedado grabado con caracteres de oro por ser una de las fechas más memorables y transcendentales de la vida cristiana, al proclamar ese día el Papa Pio IX el Dogma de la Inmaculada Concepción.
“Declaramos y definimos, que es doctrina revelada por Dios, la que sostiene que la beatifica María, en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de dios omnipotente y en previsión de los méritos de Jesucristo, salvador del género humano, fue preservada de toda mancha de pecado original.”
Dios recogió todo cuanto hay de ternura y de cariño en el corazón de todas las madres y lo volcó en el corazón de la Virgen. Recogió todo el candor que hay en todos los niños y lo vació en el corazón de María. Recogió todo candor que hay en todos los niños y lo vació en el corazón de María. Recogió la fortaleza y el valor de los más fuertes guerreros, de los héroes y de los santos, y la encerró en el corazón de la Santísima Virgen. Seleccionó todo lo que hay de fidelidad y de lealtad en los hombres justos y lo volcó en el corazón de María. Dios hizo algo tan fuero de todo molde, superando ampliamente todas las maravillas del Cielo y de la Tierra, algo tan infinitamente hermoso y puro, que nada hay bajo el firmamento que puede asemejarse... ¡y lo llamó María Inmaculada!
En sus ojos transparentes y hermosísimos se reflejan las nieves de los más altos picachos y la inmensidad de los océanos, y el azul transparente del firmamento, y el Sol deslumbrante, y la eterna belleza de la Luna llena, y el fulgor de las estrellas, y el candor de los niños y la ternura de las madres…
Sus ojos relejan bondad, ternura, inocencia, mansedumbre, pudor delicadeza… Los ojos de la Virgen tienen… ¡a Dios!..
PATRONAZGO
María Inmaculada, hija del solemnísimo Dios de los truenos y los relámpagos, y madre de Jesús aterido e indigente en el pesebre de Belén, Patrona de la mejor Infantería del mundo, ¡la española! Ella es la que riño la batalla más terrible del Universo... ¡sola frente al dragón infernal! ¡EL PECADO!
El 27 de Julio de 1892, la Inspección General de Infantería elevaba al Ministerio de la guerra una moción para que se nombrará a “Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción” Patrona del Arma. Entre las razones presentadas para apoyar esta petición tenía una especial fuerza convincente el que Nuestra Señora ejerciera ya su benéfico patronazgo sobre un buen número de cuerpos de Infantería y, sobre todo, el que hubiese sido constituida Patrona de España.
El Provicario General Castrense, una vez puesto al corriente de los deseos del Arma de Infantería apoyo entusiasmada mente esta propuesta, por la que, sin ninguna dificultad, los tramites quedaron ultimados con la Circular del Ministro de la Guerra que apareció en el Diario Oficial n. º 248 del 13 de Noviembre de 1,892 aprobando y dando carácter oficial a patronazgo solicitado.
EL MINISTRO DE LA GUERRA
Cuando el General Azcarraga, Ministro de la Guerra, firmo el decreto anteriormente citado, pronuncio las siguientes palabras: “Infantes, vosotros sois el Arma principal en el combate, y en provecho vuestro han de actuar todas las demás; vosotros sois el fiel reflejo de nuestra raza... Y os invito, con todo mi corazón, a que hoy como ayer, celebremos, festejemos y manifestemos todo nuestro amor, cariño, respeto y admiración a María Inmaculada para pedirle por nuestra querida Patria... a fin de que permanezca unida en sus tierras y en sus gentes, bajo nuestra bandera roja y gualda”.
El primer dato histórico que se conoce de la devoción del Ejército a la Inmaculada Concepción se remonta a los tiempos del rey Alfonso VIII de Castilla cuando sus Ejércitos en la Batalla de las Navas de Tolosa portaban un estandarte con la imagen de María en el Misterio de su Inmaculada Concepción.
Otro signo de la creencia generalizada en el Ejército en la Concepción Inmaculada de la Virgen lo protagoniza Hernán Pérez del Pulgar durante el sitio de Granada, cuando una noche entro con grave riesgo de perder su vida para dejar clavado en la puerta de la mezquita un lienzo con la leyenda: “Ave María Purísima”.
Por último, como hecho relevante de este amor de las tropas a la Virgen Inmaculada recordar, simplemente, el éxito de nuestra Infantería cuando en 1.585, en la Isla de Bommel, se lanzó el ataque tras el hallazgo de una tabla con la imagen de la Virgen Inmaculada.
BOSQUEJO HISTÓRICO
La tradición española señala como primer templo católico erigido en España: el del Pilar de Zaragoza. Y en este templo no solo fue erigido por Santiago bajo la advocación de María sino lo que fue bajo la advocación de María en el Misterio de su Inmaculada Concepción.
San Jerónimo en su obra “De Viribus ilustribus” recoge una cita de la “Omnimoda Hº” de Flavio Lucio Dextro publicada en el año 390, que dice textualmente: “Desde la predicación de Santiago se celebra en España la fiesta de la Sin mancha e Inmaculada Concepción de la Madre de María Santísima”.
Y es prueba de lo mismo la antiquísima formula del Juramente que prestan los canónicos de la Basílica del Pilar al tomar posesión de su cargo, en la cual se menciona la obligación de defender “la Purísima e Inmaculada Concepción de la Sma. Virgen, que el protomártir de los Apóstoles, Santiago, se esforzó en propagar durante todo el tiempo de su vida”.
La iglesia de Ávila tiene una fórmula del Juramento análoga a la del Cabildo de Pilar y en ellas se expresa haber recibido la creencia de la Inmaculada Concepción de San Segundo, su fundador, discípulo de Santiago.
Y en el mismo S.VII, Ervigio publica una ley, en la que establece las principales fiestas que deben celebrarse en España y entre ellas aparece en un lugar destacadísimo de la Inmaculada Concepción.
El Cid Campeador y San Fernando, por citar solo a algunos héroes de la Reconquista llevaban permanentemente la imagen de la Virgen Purísima en el arzón de su caballo, y será Pérez del Pulgar, quien en una incursión nocturna en Granada, grabara con su puñal en la puerta de la Mezquita “AVE MARIA Purísima”.
Y cuando a finales del Siglo XV Cristóbal Colon emprende la aventura del Nuevo Mundo con tres naves, la 1ª de ellas recibe el nombre de “SANTA MARIA”, llama la primera Isla que descubre S. SALVADOR, y a la segunda CONCEPCIÓN. Y cuando Hernán Cortes quema sus naves en Méjico, construye otras dos y a una de ellas la llama CONCEPCIÓN y será Magallanes quien al dar la vuelta al mundo lo hará con la nave Concepción.
Es la historia émola del tiempo, depósito de acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso del presente y advertencia del porvenir.
Nuestra Sagrada Bandera, no es un trapo coloreado rojo y gualda, es el alma de Nuestra Patria escoltada por las banderas del Esto de las Autonomías y por ella, millones de hombres y mujeres valientes regaron con su sangre los campos de batalla, donde crecieron los laureles de la victoria.
Podemos decir con orgullo, que los Infantes de España van y vienen donde los mandan, y luchan aquí y mueren allá, y nunca preguntaron por qué mueren. Saber que mueren por España y por la patria y no quieren saber nada más para llevar en su corazón la noble idea del cumplimiento del deber, el respeto a la Constitución, la lealtad al Rey y a sus superiores y, en suma, a España. Cada uno de los miembros del Ejército aspiran a ser el modelo de soldados y ciudadanos en beneficio de las demás. Su bravo historial supo escribir brillantes páginas de sublime abnegación, conducido a la victoria por jefes expertos y oficiales decididos, de brioso lenguaje y acometividad, y en el Diario de Operaciones está escrita la valentía y el sacrificio. Muchas felicidades para todos.