No puedo resistir el enojo que tengo dentro de mi, pero deseo sacarlo de una vez. No quiero dejar atrás los momentos vividos, pero tampoco deseo recordar, los males pasados. El rencor predomina entre nuestras cuatro paredes, mas debemos de extirparlas, ya que la convivencia con ese mal vivido nunca traerá un momento de tranquilidad.
Veo las miradas de un ser tan felino que si le hubiera dejado, por unos instantes, seguro hubiera ido con sus uñas a destrozarme cualquier parte blanda de mi cuerpo. No sé si ha sido la educación, la esperanza de que sus maldiciones puedan encontrar un resquicio en mi mente despejada y con una palabra siempre en mi mente: “Padre Nuestro que estás en los Cielos....”, que podrá impedir que tu magia blanca acceda hacia mi ser e intente darme en algún punto indicado por lo blanco de tus malas artes.
Sé que me podré desviar de tus líneas, no sé hasta cuando. Pero estoy aquí, en medio de la nada y buscando hacer algo, que a muchos les gusta y con eso yo me levanto y doy por satisfecho mi existencia.
El pasado me da igual. Solo veo el presente y de momento, aunque no sea feliz torero, con sus grandes números en sus bancos, pero estoy felizmente dando unos pasitos para poder proclamar lo que a mí me gusta y también a muchos más. Deseo buscar ese entorno donde todos convivamos dentro de una armonía, que nos haga a todos iguales y que no busquemos ningún iconon que, en el pasado, haya sido un símbolo de desprestigio hacia cualquier idea.
Ya, la misma palabra, lo dice, es una cosa del ayer y lo que tenemos que vivir es el presente, ese tan incierto que me gustaría saber a dónde nos podrá llevar. Mientras los primeros fríos de este mes de enero nos dan unos recuerdos, donde nos planteábamos tantas cosas que ahora pensamos más en un estado de frialdad que nos agarra a la manta y a quedarnos calentitos en nuestras casas.
Pero fuera nos espera un nuevo día y es el que debemos de aprovechar y por eso cuando termine de escribir pienso ir a andar esos minutos, donde la salud y mis órganos están solapados y no deben de esperar ni un segundo más.
Se ha quedado un buen día y todo lo debemos de hacer buscando un mañana mejor, por ejemplo echando una primitiva, y que alguien nos oriente hacia un día de mañana con otros aires que no sean los fríos en los cuales hemos amanecido. Y de pensar siempre en positivo, que de males estamos ya hasta la coronilla.