Colaboración, incoherencia e invasión silencionsa A nadie le cabe ya la menor duda de que Marruecos viene ejecutando un plan perfectamente diseñado para modificar el sustrato poblacional de Ceuta. Es evidente que el reino alauita mira por sus intereses y de tal manera quiere aprovechar todas y cada una de nuestras debilidades para sus velados propósitos.
Para alcanzar sus objetivos está tocando muchas teclas, presión diplomática, inmigración ilegal, chantaje o asfixia comercial, pero el más descarado de todos es el hacer la vista gorda ante el desplazamiento ilegal y masivo de muchos de sus nacionales, a quien sin más se les empuja a dirigirse hacia nuestro lado de la frontera.
Está claro que ellos juegan su partida intentando ganarla y utilizando todas las triquiñuelas posibles, y para ello cuentan con el pertinente apoyo en nuestra ciudad, por parte de aquellos que se dicen españoles pero que muy lejos de servir a los intereses de la nación que en su día los acogió, se dedican a colaborar impune y descaradamente con la espurias intenciones de nuestros vecinos marroquíes.
Desde luego que nuestro ordenamiento legislativo recoge numerosos apartados en los que el colaboracionismo y la subversión, para beneficiar a quien desde dentro o desde el exterior quieren acabar o destruir nuestro ordenamiento territorial y constitucional, aparecen perseguidos y castigados con duras penas y sanciones, aunque la ceguera y la falta de voluntad política por hacer cumplir nuestras leyes, impiden que esta cuestión pueda ser debidamente tratada.
Gibraltar en este asunto no se anda con medias tintas y el gobierno británico es muy estricto en lo que al control de la población de la colonia se refiere, fundamentalmente en su deseo por retener el control y evitar una inversión demográfica que pusiera en cuestión su pretendida soberanía sobre la Roca. Allí se da el caso de personas que llevan trabajando más de veinte años en la colonia y ni se les ocurre hablar de empadronamientos o nacionalidades, es más a las siete de la tarde y una vez terminan su jornada laboral, sin más consideraciones son despachados al otro lado de la verja, con un cordial “See you tomorrow, vecino”.
Y si se trata de inmigrantes ilegales, tonterías las justas, ni CETI, ni CIE, ni Ongs, ni defensores del pueblo, a la carcel a cumplir una condena por entrada ilegal en el territorio y una vez cumplida, expulsión inmediata, así sin más historias. Pero claro aquello técnicamente nos guste o no es Inglaterra y esto es España y las soluciones que dan unos y otros para los mismos problemas, son diametralmente opuestas..
Eso si, salvando las distancias, porque los estatus de Ceuta y Gibraltar en ningún caso pueden ser equiparables, pero en materia de control demográfico y en función de los intereses respectivos de cada uno, si que hay cierta similitud y en este asunto los “llanitos” a diferencia de nosotros, si que son muy celosos de su identidad y sus normas, muy por encima de beneficios particulares.
En Ceuta ocurre todo lo contrario, aquí por lo que se ve prima la visión particular por encima de la propia identidad y seguridad colectiva, y aún a sabiendas de que la actual frontera es un coladero que está llevando a la ciudad al colapso poblacional y a unos niveles de delincuencia e inseguridad jamás conocidos, nos encontramos que aún se pide una frontera más fluida y abierta que garantice la expansión económica hacia Marruecos y al unísono también se pide mayor seguridad en nuestras calles, cuando de sobra se sabe que ambas cosas son totalmente incompatibles.
Ceuta está en una encrucijada de caminos y en uno de los momentos más delicados de su historia reciente, hay muchos intereses internos y externos empeñados por sacar provecho de nuestra debilitada situación y somos los propios ceutíes los que tenemos que ser conscientes de que solo con nuestro esfuerzo y sacrificios podremos sacar del atolladero una vez más a Ceuta.
Soluciones hay y no todas tienen que pasar obligatoriamente por la frontera ni por Marruecos.
Quizá sea hora de fijar la mirada en nosotros mismos y en el mar y en todo lo que nos puede aportar una de las primeras rutas del tránsito mundial de mercancías y personas como lo es el Estrecho de Gibraltar. Quizá ahí esté la clave y muchas de las soluciones de cara a nuestro futuro.
Empeñarse en la frontera es seguir haciéndole el caldo gordo a Marruecos, contribuyendo a sus pretensiones y poniéndonos contra las cuerdas, dejando en manos de nuestros enemigos sin más, el futuro de la ciudad.
Lo que no se entiende con todo lo que está pasando y el gobierno con las manos cruzadas, el pp ha perdido el norte, todas las semanas anuncian bajas en el padrón de cientos de personas y la población sigue aumentando,es verdad que hay un efecto llamada,Marroquíes llegados de todas las partes de la península que se empadronan y muchos viven en Marruecos, casas alquiladas sin ningún control, se están dando casos alarmantes, veinte personas empadronadas en una misma vivienda sin ningún parentesco,viviendas de emvicesa frente del hospital vacias con dueños que viven en Marruecos,partidos políticos que miran al otro lado conociendo toda esta problemática,ONGs subvencionadas,escuelas de árabe ilegales,empresas que dan trabajo a los marroquíes y no a los ceutíes,planes de empleo para los X, NO HAY QUE BUSCAR CULPABLES , el mismo Gobierno está convertido Ceuta en una ciudad más de Marruecos
Vamos a ver el artículo del Sr.Redondo refleja una realidad indiscutible, PERO su sentimiento racista hacia los musulmanes originarios de Ceuta le pierde Y no de ahora de hace tiempo, incluso cuando está situación no existía, es verdad que la situación actual es preocupante, pero la culpa la tiene la delegación del Gobierno y el Ayuntamiento,el Sr. Redondo pone como ejemplo Gibraltar ,un colonia con capacidad legislativa Y autogobierno pleno que Ceuta no tiene y que defiende muy bien sus intereses,es verdad que hay una invasión de Marroquíes llegados de toda la península por el efecto llamada de planes de empleo,ayudas al alquiler y el portero en coches, las autoridades tanto del Ayuntamiento como de la delegación hasta el día de hoy no han sido capaces de frenar y controlar está invasión,todo lo contrario, ayudan dando facilidades a estos invasores a instalarse en Ceuta, hay personas que su único trabajo es tramitar empadronamientos y residencias algunos con buenos contactos en extranjería y Ayuntamiento,ONG's sospechosas que trabajan como gestorias(y encima el gobierno de vivas los financia),incluso te tramitan una cita en el hospital universitario,pero toda la culpa la tiene un gobierno que ha dejado Ceuta en la Ruina y es el gobierno de j. Vivas
Hay que seguir felicitando al señor Juan Redondo por este su nuevo artículo. No hay que quitarle ni una coma, todo lo que se dice en él es tan cierto como que el sol se pone por el oeste. Tiempo lleva Redondo advirtiendo y llamando la atención sobre el barril de pólvora sobre el que se asienta Ceuta. Y, por el contrario quienes deberían sentirse concernidos por lo que nos cuenta Redondo miran para otro lado y no mueven ni una ceja, EXCEPTO, quienes se ven reflejados en los artículos del señor Redondo como "AQUELLOS QUE SE DICEN ESPAÑOLES PERO QUE MUY LEJOS DE SERVIR A LOS INTERESES DE LA NACION QUE EN SU DÍA LOS ACOGIÓ, SE DEDICAN A COLABORAR IMPUNE Y DESCARADAMENTE CON LAS ESPURIAS INTENCIONES DE NUESTROS VECINOS MARROQUIES".
Lo cierto es que en Ceuta y Melilla estamos asistiendo a un reemplazo cultural, étnico y racial sin precedentes en la historia, tanto es así que en breve asistiremos a un vuelco demográfico en ambas ciudades. El poeta galés del siglo XVII George Herbert dejó escrito esta sentencia lapidaria: "AMA A TU VECINO, PERO NO DERRIBES TU VERJA". Y aquí tiempo hace que hemos derribado la verja y nuestros vecinos han tomado Ceuta al asalto. A ello colaboran eficazmente ciudadanos ceutíes de confesión musulmana que suelen casarse con personas del otro lado de la frontera. Y esos nuevos ceutíes sienten patriotismo y amor por Ceuta como el que yo siento por Senegal: ninguna. Se sienten marroquíes y lo que quieren es marroquinizar e islamizar esta nuestra ciudad. Al fin y a la postre lo que falta en cantidades industriales en Ceuta es eso tan denostado en estos tiempos tan confusos que se llama PATRIOTISMO.
Existe una desconexión absoluta entre una población confrontada permanentemente con la realidad –como sucede en Ceuta– y unas élites políticas que reniegan de la realidad, de esta verdad, bajo el pretexto de preservar la paz social. Paz social aunque el mundo se hunda. El pueblo observa la realidad que le rodea y se siente incómodo, pero es incapaz de hacer pública su incomodidad, el pueblo está acostumbrado a la servidumbre y, por tanto, difícilmente protesta.
En fin, señor Redondo, siga en esa tesitura como ciudadano que entiende que la democracia es otra cosa menos introducir solamente una papeleta en una urna. Felicitaciones por su noble empeño y tenga la seguridad que su semilla no cae en tierra estéril y baldía.