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Coitos y sanciones a los soldados Regulares

La educación sexual durante el franquismo no fue cuestionada por ningún sexólogo. Las cigüeñas nos traían a los hermanos a casa como Telepizza y la regla era un objeto que utilizaban los profesores para darte un golpe sin hacerse daño. Llegada la democracia estas aves tan trabajadoras ingresaron en las listas del paro y aparecieron en los hospitales las matronas.
Que en el franquismo hubo educación sexual no se puede cuestionar, porque hay documentos como la Cartilla de Sanidad Militar del Grupo de Fuerzas de Regulares indígenas, muy anterior a la campaña de hace treinta años de ‘Póntelo, Pónselo’, que recomendaba a los soldados de regulares que hicieran uso del preservativo. El título de la cartilla era ‘Cómo disminuir el Contagio Venéreo’ y en su interior viene una serie de recomendaciones muy interesantes.
La cartilla daba instrucciones para antes de hacer el coito, después de hacerlo y la exigencia de acudir al practicante de guardia para anotación en el libro de profilaxis que el coito lo había efectuado cumpliendo las medidas exigidas en la Cartilla de Sanidad.
Las medidas exigidas antes de hacer el coito eran: no hacerlo en estado de embriaguez, no repetir un segundo coito para los más fogosos, me imagino; huir de las mujeres con el PERIODO, hacer uso del preservativo y embadurnar el miembro con BLENOCOL. Después de hacer el coito aconsejaban orinar con fuerza y abundantemente, interrumpiendo la salida de la orina dos o tres veces; lavar con agua y jabón y volver a utilizar la pomada BLENOCOL, que daban gratuitamente en el botiquín. Estas eran algunas de las recomendaciones, entre otras, como utilizar una toalla limpia para secarse.

“En caso de que un soldado contrajera una enfermedad venérea sin haber puesto en práctica las medidas profilácticas que recomendaban, sería sancionado con la pérdida de permiso durante su permanencia en filas; arresto de dos meses en calabozo y si era SÍFILIS, no se licenciaría”

La última de las recomendaciones o advertencias era que, en caso de que un soldado contrajera una enfermedad venérea sin haber puesto en práctica las medidas profilácticas que recomendaban, sería sancionado con la pérdida de permiso durante su permanencia en filas; arresto de dos meses en calabozo y si la enfermedad contraída era SÍFILIS no se licenciaría hasta que esté totalmente recuperado, indicando que el tiempo de curación oscilaba entre 4 y 5 años.
La pasada semana finalizó el 40 Congreso del Partido Socialista con el compromiso de legislar para abolir la prostitución, además de incluir sanciones para los clientes o puteros. Una propuesta que ha indignado a algunos conocidos. Según ellos, ni en la dictadura se había legislado para sancionar a clientes y, mucho menos, nos habían dicho cómo debíamos hacerlo. Yo sólo les mande por whatsApp las recomendaciones de la Cartilla de Sanidad Militar.
Hay cosas que no son lo que parecen, ‘el póntelo, pónselo y la educación sexual’ no llego a España con la democracia. Antes hubo una mala y chapucera educación sexual sin criterio científico, pero como decía, jamás fue cuestionada por ningún sexólogo.  ¿Por qué sería?

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