Mientras que en la noche del lunes al martes volvía a incendiarse el vertedero de Arcos Quebrados, un nuevo fuego se originaba recién comenzado este miércoles, esta vez, en Juan Carlos I. A las 00:10 horas recibía el Cuerpo de Bomberos de Ceuta un aviso por un ciclomotor en llamas que se encontraba estacionado en la barriada ceutí. Acompañados por una escolta de la Policía Local, se desplazaba un vehículo pesado que trasladaba a cinco miembros del SEIS (Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento) hasta el lugar. Tras haber consumido una cantidad aproximada de 500 litros de agua, la dotación enviada terminó sofocando las llamas poco después, a las 00:35 horas.
Pero no fue el único trabajo que les esperaba durante esa madrugada. Tan solo 25 minutos después de haber finalizado esta primera salida, a las 00:50 horas se les notificaba un nuevo fuego, que se había originado en un coche estacionado en Huerta Téllez. El vehículo, que se encontraba junto a la parte trasera del IES Clara Campoamor, requirió de nuevo de cinco miembros del Cuerpo de Bomberos que, en esta ocasión, llegaron a doblar la cantidad de agua que había sido utilizada para el incendio del ciclomotor: esta vez fueron 1.000 litros en total.
Los incendios no siempre quedan impunes
Los incendios que con tanta regularidad copan las noches del SEIS (aunque no es de extrañar que, en determinadas ocasiones, también se produzcan a plena luz del día) son generalmente provocados por personas que llegan incluso a saltarse el toque de queda dictado por las autoridades sanitarias. Ha sido el caso de estos dos últimos incendios, ambos originados después de las 23:00 horas, y también lo fue el del pasado martes en Arcos Quebrados. Pero estos actos no siempre quedan impunes: condenas como la que recientemente dictaba el Juzgado de lo Penal número 2 para el autor del incendio en Isabel Cabral en 2018 recuerdan las consecuencias que pueden llegar a tener estas actitudes para sus ejecutores.