“Hay que analizar los movimientos de las miles de personas que llegan aquí a diario”, explica el viceconsejero de Dotación y Equipamientos Urbanos, Gregorio García Castañeda, junto al responsable de las brigadas de limpieza de los Planes de Empleo en Delegación, José Manuel Pérez Rivera. Ambos supervisan los trabajos del personal y consensuan la mejor manera de seguir trabajando en equipo para alcanzar el cumplimiento de los objetivos. Delegación se centran en el interior de la frontera, la Ciudad, con las brigadas de limpieza, en la parte posterior. Pero todos los trabajadores coordinados y persiguiendo el mismo fin. “Que la ciudad esté limpia es un interés de todas las partes y en eso trabajamos”, explica Pérez Ribera consciente de que la zona interior “es quizá más sencilla porque contamos con la colaboración de las fuerzas de seguridad y el orden establecido quizá sea mayor”. Gregorio asiente.
Cuando sales de la frontera en sí, en la entrada, incluso la plaza del lateral se ha convertido en un servicio improvisado al que acuden a diario centenares de personas. La zona está limpia “pero somos conscientes de que a las 13:00 horas, se producen los momentos de mayor caos cuando no pueden pasar la mercancía por el paso del Biutz y se concentran en esta entrada para reducir volumen de las cosas que transportan y kilos y kilos de plásticos y cartones comienzan de nuevo a amontonarse”. Es ahora una de las zonas más delicadas, por ello, la Ciudad redoblará esfuerzos y nutrirá con 12 nuevos contenedores el material de las brigadas de limpieza que rellenarán los contenedores y los camiones de Urbaser se los llevarán.
La visita ha sido sin previo aviso “para observar in situ la marcha de los trabajos” y posteriormente “daremos cuenta de los detalles y las propuestas de mejora a la consejera de Medio Ambiente, que está muy pendiente de esta zona y se ha tomado muy en serio la erradicación de puntos negros en el tema de la limpieza en la ciudad”, explica García Castañeda. La coordinación es buena, el trabajo efectivo, “pero nunca se puede bajar la guardia porque siempre hay basura”.
Unas escaleras que soportan 87 personas por minuto
En horas punta, las escaleras que comunican la zona del Tarajal con la entrada del paso fronterizo soportan el tránsito de 87 personas por minuto. La viceconsejería de Dotación y Equipamientos Urbanos las ha acondicionado. Miles de marroquíes las utilizan cada día inmersos en el tráfico de mercancías de un lado a otro del paso fronterizo que cierra la entrada del Biutz a las 13:00 horas, por la zona que se permite el paso de mercancías. Por el paso “de abajo” está prohibido, por lo que las mujeres en su mayoría, y los hombres, cargan todos los bultos en su cuerpo atándolos con cinta aislante y dejando los cartonajes y los plásticos que los cubren, “donde primero pillan, generalmente en esta zona por las tardes”, explican los responsables. Cerca de las escaleras se ubicarán una docena de nuevos contenedores para agilizar los trabajos de limpieza y retirada de cartonajes y plásticos.
En Detalle
Las escaleras de la salida
Recién remodeladas pero aún con algún detalle “pendiente” tal y como ha reconocido el viceconsejero del área, las escaleras que enlazan la salida de la frontera con la carretera que lleva directamente a las naves del Tarajal soportan el paso de miles de personas a diario. Concretamente 87 personas por minuto en horas punta. Es una de las zonas en las que se centra el servicio de limpieza por la cantidad de plásticos y cartonajes que se acumulan ya que los porteadores utilizan ese paso cuando el Biutz cierra a las 13:00 horas y dejan de permitir la entrada de mercancías.
Un servicio público para evitar olores
Pese a convertirlo en una plaza para evitar un nuevo foco de escombros, basura y suciedad, ahora el problema de esta zona concreta ubicada tras la parada de autobuses, es el de que se ha convertido en un servicio y los olores a orín son insoportables. Desde la viceconsejería se están planteando la ubicación de un baño público en la zona, porque pese a ser de tránsito constante, miles de personas pasan allí mucho tiempo a lo largo del día y se evitaría el problema del “wc ilegal”.
Coste elevado por mantenerlo limpio
Luchar contra la suciedad no es gratis. Cada mes el Ejecutivo central y el autonómico destinan miles de euros a limpiar lo que limpian minutos antes. Y vuelta a empezar. “La solución es seguir limpiando. No hay más. Pondremos más contenedores pero los operarios serán los que echen allí los restos de embalaje y suciedad”, explica García Castañeda. Pérez Rivera asegura que el coste de personal es mucho mayor que el de material para seguir dejando la zona limpia día tras día. A las 12:00 puede estar sin un papel pero a las 13:00 horas cientos de embalajes se acumularán en las aceras de entrada al paso fronterizo.
Los camiones de Urbaser, paso constante
Los camiones de limpieza de Urbaser también doblegan esfuerzos cuando se trata de trabajar en la frontera. Saben que es un lugar complejo y pasan a cada momento. Ellos recogen lo que los operarios amontonan en los contenedores, que se han quedado pequeños y se ha decidido duplicar el número para facilitar las labores de limpieza en la zona. El trabajo de ayer no es aislado. Cada día los responsables analizan la marcha de los trabajos.