La Ciudad proyecta la construcción a corto plazo de una Planta de Tratamiento Biológico Mecánico (TBM) y de otra para la digestión y aprovechamiento de desechos orgánicos recogidos de manera separada. Así lo recoge el último borrador del Plan Integrado de Gestión de Residuos 2025-2030, en el que se prevé una inversión estimada de unos 13 millones de euros con la que se mejoraría sustancialmente esa competencia en Ceuta.
La primera contribuirá de manera decisiva a reducir más de un 30% el volumen de “fracción resto” que se envía al otro lado del Estrecho. La segunda también incidirá en ese objetivo, generará empleo y abundará en el reaprovechamiento de desechos.
La necesidad de nuevas infraestructuras que aborden la gestión de residuos orgánicos procedentes de recogidas selectivas se materializará en la ciudad con el proyecto de instalación de una planta de tratamiento especializada que, según recoge el documento, se enfocaría en múltiples procesos: desde la elaboración de compost hasta la digestión anaerobia, valorización energética y, como último recurso, la eliminación.
Contar estos equipamientos será vital para el futuro verde de la ciudad, ya que su puesta en marcha impulsará el cumplimiento de diversos objetivos medioambientales al reducir la cantidad de desechos orgánicos destinados a vertederos. Al priorizar la reutilización y la generación de recursos a partir de las basuras orgánicas se fomentará la “circularidad” y se disminuirá la dependencia del traslado de residuos a la Península, cada vez más gravoso.
Según recoge el análisis del Plan, la implementación de esta instalación contendría un impacto positivo en la autonomía y la sostenibilidad de la gestión de residuos en Ceuta, ya que al tratar los residuos orgánicos localmente, se reduciría la necesidad de traslados a larga distancia, minimizando la huella de carbono asociada al transporte de residuos.
Su puesta en marcha sería también beneficiosa a nivel laboral, ya que promovería la generación de puesto de trabajo y el desarrollo de conocimientos especializados en gestión de residuos.
La selección del lugar para la ubicación de las plantas depende de numerosos factores y restricciones que reducen las posibilidades reales, en especial en un espacio limitado como sucede en Ceuta. En cualquier caso, ha de reducirse al máximo el impacto sobre el medio y no localizarlas en espacios protegidos.
El nuevo PGOU integra las determinaciones y condiciones del Plan Especial de Santa Catalina aprobado en el año 2000 en el marco de la planificación anterior, de manera que define las zonas aptas para la implantación de plantas de tratamiento de residuos.
Las instalaciones de la nueva planta de tratamiento biológico mecánico tienen ya informe de viabilidad urbanística emitido por la Consejería de Fomento en febrero de 2014, en el ámbito del Plan Especial SG-3 'Santa Catalina'.
Se localizarán concretamente en la parcela I.RS clasificada como 'Zona para el tratamiento de residuos urbanos', en la que se dispone de 8.000 metros cuadrados, de los cuales 5.000 están destinados a las actuaciones de transferencia-tratamiento y 3.000 para la planta de tratamiento.
La elección del emplazamiento para la instalación de la planta de tratamiento de residuos orgánicos procedentes de recogidas selectivas es también un proceso complejo que implica consideraciones específicas “para evitar impactos adversos y garantizar una gestión efectiva de los desechos”. Entre los criterios a tener en cuenta destaca la distancia con los núcleos habitados, buscando, según se indica en el Plan, evitar afectar a la calidad de vida de los caballas priorizando una distancia mínima de 500 metros.
Así las cosas, el informe considera que la parcela I.RS dentro del Plan Especial de Santa Catalina como una ubicación “potencialmente adecuada”. Esta opción cumple con varios de los criterios establecidos: está “moderadamente distante” del núcleo urbano, se encuentra en suelo rústico no residencial y cuenta con un diseño que minimiza la generación de olores.
Se identifican tres posibles ubicaciones en el Monte Hacho. Si bien ninguna de esas áreas permitiría ampliaciones significativas en el futuro, la planta se ha dimensionado inicialmente para “manejar la capacidad de admisión esperada”.
En cuanto a la capacidad, el Plan desarrolla que se ha proyectado una capacidad máxima de tratamiento de hasta 4.000 toneladas al año, teniendo en cuenta los equipos y dimensiones del proyecto. Se estima una vida útil de 20 años para la instalación y los equipos, considerando posibles incrementos futuros en la producción y recolección de residuos.
Para las instalaciones de la nueva planta de tratamiento biológico mecánico (TBM) el Plan concreta que es “difícil” hacer una estimación de los costes de inversión y operación, pero, no obstante, se calcula una inversión actualizada de alrededor de 11,8 millones de euros.
En cuanto a la Planta de Tratamiento de Residuos Orgánicos procedentes de recogidas selectivas, se dimensiona una planta por 1,5 millones capaz de dar diferentes alternativas para el tratamiento de los biorresiduos recogidos de manera selectiva en la región.
El estudio económico incorporado en el informe establece unas inversiones previstas, basadas en la situación actual de la población y la tasa de generación de residuos de la ciudad, además de estimar la situación futura en relación con la generación y gestión de residuos.
Se estima un presupuesto de suministro de los equipos clave y su montaje, de, aproximadamente, un millón de euros. De la misma forma se contempla la inversión necesaria en instalaciones, nave de proceso y almacén, e instalaciones auxiliares como oficina, laboratorio, vestuarios, comedor y servicios por otros 500.000.
Para la nave, el estudio contempla la solución constructiva a base de pilares, dinteles y correas metálicas, permitiendo adaptar la construcción a necesidades de proyecto.
Adicionalmente prevé la implantación de red de recogida de aguas y red de lixiviados, la cual dispondrá de sistema de almacenamiento, riego y recirculación de lixiviados. También se prevé la disposición de sistema de biofiltros, dotado de bombas de aspiración y filtros de depuración de olores. Incluye, asimismo, un sistema de distribución eléctrica e iluminación de la instalación.
En el Plan Integrado de Gestión de Residuos de la Ciudad Autónoma 2025-2030 se realiza una comparativa de costes entre la situación actual que se plantea en la ciudad para la fracción resto y la alternativa que se proponen.
Actualmente, la fracción resto se carga en contenedores en la Planta de Transferencia de Ceuta y se transporta a la Península, (a la Planta de Recuperación y Compostaje y Vertedero cola del Complejo Medioambiental Sur de Europa, situado en Los Barrios), donde es sometida a una clasificación con separación de fracción seca (gruesos) y fracción húmeda (finos).
La fracción seca se somete a un triaje y los rechazos son destinados a vertedero, sin ninguna estabilización biológica adicional. La fracción fina se destina a un proceso de compostaje, cuyo producto no puede considerarse más que un estabilizado por provenir de basura mezclada, con unos rechazos que van a vertedero.
En un futuro, con el desarrollo de este proyecto, la fracción resto se trataría en la planta TBM en Ceuta y se obtendría un producto biosecado que se enviaría compactado en balas para su valorización energética en alguna planta en la zona de la Bahía de Algeciras.
La necesidad de nuevas infraestructuras que aborden la gestión de residuos orgánicos procedentes de recogidas selectivas se materializará en la ciudad con el proyecto de instalación de una planta de tratamiento especializada que, según recoge el documento, se enfocaría en múltiples procesos: desde la elaboración de compost hasta la digestión anaerobia, valorización energética y, como último recurso, la eliminación.
Según recoge el análisis del Plan, la implementación de esta instalación contendría un impacto positivo en la autonomía y la sostenibilidad de la gestión de residuos en Ceuta, ya que al tratar los residuos orgánicos localmente, se reduciría la necesidad de traslados a larga distancia, minimizando la huella de carbono asociada al transporte de residuos.
El nuevo PGOU integra las determinaciones y condiciones del Plan Especial de Santa Catalina aprobado en el año 2000 en el marco de la planificación anterior, de manera que define las zonas aptas para la implantación de plantas de tratamiento de residuos.
El Plan Integrado de Gestión de Residuos de la Ciudad Autónoma 2025–2030 se concibe como “una herramienta fundamental para la gestión y el control” de los desechos en el ámbito territorial de Ceuta. Su finalidad es “establecer las directrices para una adecuada gestión de los residuos, fomentando la prevención de su generación, promoviendo su reutilización y reciclaje, y garantizando su correcta eliminación en caso de no ser posible su aprovechamiento”.
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