García Aldave ha vuelto a recibir este sábado a senderistas, ciclistas y curiosos interesados por comprobar de primera mano los daños causados por el
incendio que arrasó más de 130 hectáreas la madrugada del viernes en Ceuta y que todavía no se da por extinguido, aunque a última hora de la mañana se ha desactivado la alerta declarada. A partir del lunes, la Consejería de
Medio Ambiente comenzará a evaluar el daño con mayor detalle. Ese será el paso previo a la elaboración de un Plan de Restauración Forestal de la zona afectada por las llamas con el objetivo de “recuperar lo perdido en el menor tiempo posible”. El
Gobierno que preside Juan Vivas iniciará la próxima semana negociaciones con la Comisión Europea de cara para destinar 3 millones de euros de fondos europeos del Programa Operativo del FEDER a la ejecución de la reforestación “con un alto grado de eficacia e intensidad dada la riqueza del entorno afectado”, según han avanzado las fuentes consultadas. A la espera de conocer el grado de regeneración natural de la zona, muy frecuente en el bosque mediterráneo, el plan consistirá en efectuar la repoblacion vegetal, teniendo en cuenta la existente antes del incendio y la contigua.
Una vez transcurrido el periodo estival, las tareas previstas por la Consejería que dirige Yamal Dris, que se ejecutarán a través de OBIMASA, pasarán por la tala de ejemplares calcinados, el decorado de árboles afectados y el desbroce de zarzas. Los trabajos de plantación se iniciarán una vez se conozca el grado de regeneración natural de la zona en cuestión. De las más de 130 hectáreas estimadas de afección, en torno a
un 65% pertenece a la zona considerada Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección de las Aves (LIC-ZEPA) de Calamocarro-Benzú. El fuego ha afectado gravemente a la vegetación rupícola del arroyo del Renegado y a poblaciones de alcornoque ubicadas en la solanilla, además de otros elementos singulares, entre ellos castaños y quejigos. La fauna también ha sufrido. El presidente de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) en Ceuta, Joaquín López, ha explicado este sábado que, aunque la época de cría ya ha terminado a estas alturas del año, “el desastre ha sido tan grande que muchas especies han perdido su hábitat y no van a encontrar otro rápido”. “En zonas como el valle del arroyo del Renegado habían anidado aguiluchos laguneros o chagras, singulares del norte de África, que se pueden ver especialmente perjudicadas”, ha ejemplificado.
Las joyas de Calamocarro-Benzú
Las 601,81 hectáreas del espacio LIC-ZEPA de Calamocarro-Benzú albergan principalmente matorrales y pinares mediterráneos, aunque destacan por su representatividad los acantilados con vegetación de las costas atlánticas y bálticas y los prados calcáreos cársticos o basófilos de Alyso-Sedion albi, considerado hábitat prioritario. También sobresalen sus hábitats de elevada riqueza florística y con gran número de endemismos, que constituye la única formación calcícola exclusivamente norteafricana de todo el territorio español y de la Unión Europea. Por ser especies de interés comunitario, dentro del espacio son relevantes ciertos murciélagos, algunos reptiles y anfibios endémicos del Magreb. La enorme importancia ornitológica del espacio se concreta en el fenómeno migratorio a través del Estrecho de Gibraltar. Un total de 41 especies de aves protegidas concurren de forma regular en la zona. Algunas son residentes habituales con escasos efectivos; otras se consideran invernantes habituales y hay residentes que nidifican en la ciudad. Por último, también es destacable la presencia de ciertos taxones orníticos exclusivamente norteafricanos.