Entrar a un estadio y ver un partido desde una buena ubicación, acudir al centro de salud y saber dónde se encuentra la sala donde vamos a ser atendidos, pasear por un parque y conocer las características de una planta, poder beber en una fuente de agua potable, entender las noticias de un informativo... La posibilidad de realizar todas estas acciones cotidianas se esconde detrás del concepto 'accesibilidad'. A veces, para empatizar y entender los problemas de los ciudadanos hay que conocer los conceptos a través de ejemplos. Es lo que ocurre con la accesibilidad.
Las ciudades se construyen para las personas que las habitan, para todas, y para ello los poderes públicos tienen la responsabilidad de garantizar el acceso de todas ellas a todos los recursos que ofrecen. Porque todas las personas contribuyen a su comunidad, todas tienen derecho a disfrutar de ellas. Además, parte importante de la vida de las personas se desarrolla en comunidad, en la calle, en contacto con otras.
Los poderes públicos han ido entendiendo con el paso de los años la importancia de la accesibilidad y así lo han ido recogiendo en la legislación. La accesibilidad es uno de los principios que sustenta la Convención de los derechos de las personas con discapacidad y da contenido al artículo 9.
Este artículo recoge que los Estados Partes deberán adoptar medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales. Estas medidas facilitarán a las personas con discapacidad que puedan vivir de forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida, para perseguir ese objetivo irrenunciable de ser ciudadanos de pleno derecho.
Estas, tal y como recoge la citada Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, incluirán la identificación y eliminación de obstáculos y barreras de acceso, y se aplicarán, entre otras cosas, a los edificios, las vías públicas, el transporte y otras instalaciones exteriores e interiores como escuelas, viviendas, instalaciones médicas y lugares de trabajo; y a los servicios de información, comunicaciones y de otro tipo, incluidos los servicios electrónicos y de emergencia.
¿Nos hemos parado a pensar cómo nos sentiríamos si no pudiéramos acceder a un espacio público o a la información oficial de un organismo? ¿Estaríamos disfrutando de una vida plena en comunidad si esto ocurre? Pues en esta situación se encuentran diariamente numerosas personas con discapacidad, quienes tienen que resignarse a renunciar a su vida en comunidad o simplemente a vivir con restricciones en la ciudad en la que residen.
Desde Plena inclusión Ceuta continuaremos recordando a los poderes públicos el compromiso adoptado por España al firmar y ratificar la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, y también reivindicando una accesibilidad real, trabajando con quienes luchan por conseguir el objetivo irrenunciable de disfrutar de la ciudad en la que viven como el resto de ciudadanos. De lo contrario, no podremos hablar de una sociedad justa y solidaria. Una ciudad accesible es una ciudad de todos.