No salgo de mi asombro al leer la información que me llega respecto al supuesto informe del Real Instituto Elcano titulado España mirando al Sur: del Mediterráneo al Sahel. Tanto que pensé que se trataba de una de esas noticias falsas que circulan por la red, quizás lanzada por los servicios secretos rusos, o los americanos, o…¡vaya usted a saber!. El asunto es que este “prestigioso” instituto de investigación nos advierte del “deterioro” demográfico de Ceuta Y Melilla, con consecuencias para la estabilidad de ambas ciudades y, a medio y largo plazo, también para la integridad y la seguridad de España. Claro, con estos titulares, cualquiera seguiría leyendo. Es lo que hice. No sin antes pensar que, quizás, se trataría de una de estas noticias que advertían del fracaso escolar en la ciudad, del paro desorbitado, o del deterioro de los indicadores de desigualdad. Nada que no se pueda resolver con buena voluntad y con inversión pública. Pero no. De lo que el Real Instituto Elcano se alarma es de que en Melilla, el 50 por ciento de la población, y el 70 por ciento entre los escolares, sea árabe o bereber. Y añaden que, en 2013 el 22 por ciento de la población de Melilla era nacida en Marruecos, frente al 10 por ciento en Ceuta. Y continúan con su informe. El voto a partidos de ideario musulmán está en torno al 24% en Melilla y al 17 por ciento en Ceuta. Y si el Partido Popular sigue ganando por mayoría absoluta en ambas ciudades se debe a la alta abstención de la comunidad islámica, nos dicen. Y aquí viene su conclusión más importante: “De seguir esta evolución, Melilla será muy pronto, si no lo es ya, una ciudad básicamente bereber y árabe, y Ceuta le seguirá los pasos más tarde”. Y añaden: la población “hispana” está abandonando las ciudades autónomas, o estableciéndose como población flotante, por el impacto de la presión demográfica musulmana en las costumbres y la convivencia. A partir de estas sorprendentes declaraciones, observan que “la radicalización ha prendido entre sus comunidades musulmanas”, siendo Cataluña, Ceuta y Melilla los principales focos de reclutamiento yihadista en España. Según estos investigadores, el cambio demográfico y cultural en Ceuta y Melilla puede dar lugar a la aparición de “cisnes negros”, que no son más que amenazas imprevistas para la seguridad nacional, por la entrada en escena de Marruecos y Argelia, dos actores fundamentales para los intereses de supervivencia de España. Para ellos, con Ceuta y Melilla predispuestas cultural y religiosamente a la “marroquinización”, y una España debilitada internamente por conflictos separatistas, las condiciones pueden ser idóneas para que Marruecos avive el discurso nacionalista como maniobra de distracción. Por mucho que reflexiono, no salgo de mi asombro. Llevo ya muchos años viviendo en Ceuta y nunca percibí que la pertenencia a una religión, fuese el problema de esta ciudad. Muy al contrario. Para mí, es el gobierno de la nación, tanto del actual Partido Popular, como del anterior Partido Socialista, el que, con su política de bajo perfil respecto a las relaciones con Marruecos, ha puesto más en peligro la pervivencia de Ceuta y Melilla. No son los musulmanes españoles de Ceuta y Melilla el peligro para nuestras ciudades. Es la miopía de los sucesivos gobiernos nacionales y la falta de atención para con nuestras peculiaridades, lo que está poniendo en riesgo nuestro futuro. Sorprende que una investigación sociológica esté más basada en apreciaciones personales y en juicios de valor. Pensaba yo que los estudios científicos debían ser rigurosos y estar basados en datos ciertos y sus conclusiones fruto del análisis estadístico. Pero no. Parece que aquí, lo más importante son los juicios de valor y el dañar la imagen de Ceuta y Melilla, y, de paso, de Cataluña, en una especie de mezcolanza que carece de sentido. Es lamentable que un Instituto que tiene como presidente al Rey Felipe VI y que en su Patronato se sientan representantes de los Ministerios de Defensa, Exteriores, Industria y Educación y Cultura, publique informes de este tipo, además de faltos de rigor, tremendamente perjudiciales para la imagen y los intereses de nuestras ciudades. Es como si una larga mano estuviese dirigiendo la información contra Ceuta y Melilla desde hace ya demasiado tiempo.