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Círculo de Silencio de este mes ha denunciado los ataques continuados que sufren los inmigrantes cuya dignidad es pisoteada “por las políticas españolas y europeas”. En silencio las personas se han unido esta tarde para hacer visible su repulsa ante lo que está sucediendo, a cómo en lo que va de año más de 1.071 inmigrantes han muerto ya en el Mediterráneo o cómo se están repitiendo naufragios con cifras desorbitadas de fallecidos o desaparecidos. Frente a las costas de Lampedusa ha ocurrido la última de las tragedias, con 13 personas fallecidas, todas mujeres, además de 15 desaparecidos tras el hundimiento de una embarcación en la que viajaban también niños. Todos los ocupantes se pusieron a un lado de la patera al ver que venían a rescatarlos, lo que provocó que cayeran al mar.
Los episodios trágicos no cesan: siguen apareciendo cadáveres de subsaharianos o magrebíes cuyo único delito ha sido querer dejar su tierra por buscar un mejor futuro. Esa aspiración la pagan con su propia vida. “No podemos ser insensibles e indiferentes al dolor y al sufrimiento de tantos millones de personas que viven en una auténtica emergencia”, han denunciado. Los componentes de este Círculo de Silencio no se cansan de mostrar su lucha contra la violencia, contra esa tragedia permanente, contra la repetición de muertes y contra unas fronteras que siguen destrozando vidas, registrándose una “impunidad en el mar y en las fronteras”, han indicado, en una materialización de una “lucha contra la inmigración irregular y la protección de la fortaleza-Europa”. “No es justo el no reconocimiento de la dignidad humana con la que las políticas actuales tratan a personas, familias, niños que buscan solamente protección, cumplimiento de sus derechos y la oportunidad de buscar una vida mejor”. El silencio es el auténtico cómplice de la solidaridad, el remedio a una protesta que se repite cada mes y al que asisten, en forma de círculo, muchas personas que consideran que este mundo ni es justo, ni está equilibrado, ni piensa en el respeto e igualdad de todas las personas. Sigue siendo un mundo marcado por las brechas y el no cumplimiento de los derechos que se pierden en el momento en que se levantan muros o líneas invisibles que ponen en riesgo a las personas.