Carlos Gardel cantaba en su famoso bolero que veinte años no es nada, aunque si hubiera estado ayer en el juicio que se celebró en el juzgado de lo Penal número dos habría comprobado que trece años son suficientes para que las personas no puedan recordar con exactitud unos hechos que, en algunos casos, les marcaron la vida. Así quedó demostrado durante la ristra de declaraciones -hasta diecisiete- que se produjeron en la primera sesión del juicio por el tiroteo a un hombre en el Príncipe Alfonso en el año 1997. Tanto las defensas como las acusaciones trataron de aprovechar esta circunstancia acudiendo a los detalles más concretos y tirando de contradicciones entre las declaraciones de los propios testigos y acusados. A pesar de todo, la realización de la sesión, que se extendió durante toda la mañana y la tarde de ayer, fue tremendamente ágil y concreta, exceptuando algunos momentos puntuales.
En el banquillo de los acusados se sentaron cinco personas que en su día fueron relacionados con otras causas, como el propio Mustafa A., conocido como ‘Tafa Sodia’, Said A., conocido como ‘Toss’, Abdeselam C., conocido como ‘Manteca’, Mustafa M., al que llamaron ‘Tapiño’, y Rachid M. Gran parte de ellos fueron relacionados en su momento con una supuesta banda que presuntamente estaba encabezada por el primero de los mencionados. El Ministerio Fiscal solicitaba en su escrito de acusación 5 años de prisión para cada uno de ellos, así como el pago de 10.000 euros en concepto de indemnización solidaria para la víctima del tiroteo. Por su parte, la acusación particular pide además de los que solicita el Ministerio Público la imposición de 2 años más de cárcel por un presunto delito de amenazas y unas indemnizaciones de 18.000 euros para los familiares de la víctima y de 40.000 euros para el propio denunciante.
Los hechos que se juzgaron ayer tuvieron lugar el día 22 de octubre del año 1997 sobre las 20.30 horas en las inmediaciones del Ángulo, en el acceso a la barriada Príncipe Alfonso. Según el escrito de acusación fiscal, la víctima iba en un coche acompañado por algunos de sus familiares y un amigo cuando presuntamente, a la altura del puente del Quemadero, ‘Tafa Sodia’, acompañado por los otros acusados, todos ellos armados con pistolas, obligó al vehículo de los afectados a parar, sacando al conductor del coche y disparándole en, al menos, dos ocasiones en la pierna izquierda. Mientras tanto sus familiares podrían haber sido retenidos por los otros acusados, que estarían alentando al primero.
Los acusados negaron haber participado en estos hechos a pesar de no poder recordar, en su mayoría, muchos detalles de aquella época y del día concreto en que ocurrieron los hechos. Las coartadas aportadas en su día y ratificadas ayer por los cinco hombres son de lo más variopintas. ‘Tafa Sodia’ dijo que ese día estuvo en el gimnasio jugando al ‘squash’ y luego viendo un partido de fútbol. ‘Toss’ explicó que se encontraba en un restaurante cenando con su familia. De hecho, en las actuaciones consta una factura de 21.250 pesetas de aquella comida. ‘Manteca’ ese día estuvo en Sevilla acompañando a un familiar que estaba enfermo y dijo que se había enterado del tiroteo por la citación de la Policía. Para certificar su afirmación constan en autos una serie de facturas tanto del hotel como del barco que certificarían su paradero el día de autos. ‘Tapiño’ se preguntó en diferentes ocasiones por qué estaba citado a ese juicio si no sabía nada de lo que había pasado y aseguró que esa noche estaba en su casa con sus padres. El único que admitió haber estado en el lugar de los hechos y en el momento del tiroteo fue Rachid M., aunque dijo que lo hizo únicamente como testigo. Según dijo, él viajaba en el coche de un amigo cuando observó como delante de ellos paraban unos coches y de uno de ellos salían varias personas con pistolas y cuchillos y comenzaban a disparar. El conductor del turismo en el que él viajaba se dio la vuelta y se fueron del lugar, avisando a la Policía que se encontraba en un control unos metros más abajo.
Por su parte, tanto el denunciante como uno de sus sobrinos también comparecieron en la sesión de ayer y narraron una versión de los hechos en la que prácticamente todas las personas anteriores estaban presentes. La víctima de los disparos señaló claramente y sin dudas a ‘Tafa Sodia’ y ‘Toss’ como las personas que le sacaron a punta de pistola del coche y uno de ello fue el que le disparó. Los otros, a quienes también señaló, se encargaron de sus sobrinos. El hombre dijo que les habían preparado “una emboscada” y cree que el motivo fue que en esta visita a Ceuta, tras cuatro años, había ido a ver a dos personas que estaban enfrentados con sus presuntos agresores. “De hecho uno de ellos está muerto y el otro tirado en Marruecos con la barriga abierta de arriba a abajo”, afirmó. También dijo que dispararon hasta 18 balas contra él y afirmó que “querían asesinarme”. Igualmente, el denunciante aseguró que Rachid M. no había participado en los hechos. La versión de su sobrino fue similar, aunque incluyó a Rachid M. como una de las personas que estaban reteniéndoles y habló de una barricada de coches para impedirles el paso.
El resultado de la agresión, según explicaron los forenses que participaron mediante videoconferencia, fueron dos heridas de bala y la fractura incompleta del peroné de su pierna izquierda.
Unas medidas especiales para ‘Tafa Sodia’
El juez advirtió a ‘Tafa Sodia’ sobre su especial situación en Ceuta, ya que está expulsado de la ciudad hasta dentro de algunos años y necesita de una autorización judicial especial para poder venir. ‘Tafa Sodia’ no puede dormir en la ciudad y por ello las sesiones del juicio terminarán a las 21.00 horas para que tenga tiempo de comunicar a la Policía que se va y pueda coger el barco. Esto implica que cada día deberá abandonar Ceuta y regresar para seguir con el juicio. Igualmente le advirtieron de que en el intervalo entre las sesiones de mañana y de tarde no podía alejarse más de 300 ó 500 metros del Palacio de Justicia. ‘Tafa Sodia’ se quejó de tener que pagar los viajes en barco durante todos estos días para venir al juicio.
Hechos Trece años después de que se produjera el tiroteo en el Príncipe que dio origen a la denuncia, las personas implicadas tenían ciertas dificultades para recordar con exactitud los sucedido. Fue el día 22 de octubre del año 1997. Los acusados negaron haber participado en el tiroteo, mientras que el denunciante les señaló como presuntos autores del incidente.
Seguridad Las medidas de precaución y protección se multiplicaron ayer en el Palacio de Justicia. A la habitual presencia de agentes de la Nacional en la sala -hasta cuatro- se unió la presencia de más policías fuera de la habitación.
Tensión Antes del comienzo de la sesión de tarde se produjo un pequeño enfrentamiento a las puertas del juzgado entre denunciantes y denunciados que no pasó de la mera agresión oral y que terminó con un aumento de la tensión entre las partes durante el juicio.
Amenazas Tanto los acusados como la víctimas y sus familiares aseguraron haber recibido amenazas mutuas. Por un lado para que la denuncia fuera retirada y por otro para que algunos acusados declararan en contra de los otros acusados.
Uno de los testigos cambió de declaración durante el juicio
La gran sorpresa del día de ayer fue la intervención en la vista oral de una persona que venía presa y que fue testigo directo de los hechos. Ésta iba en el coche con la víctima y sus dos sobrinos el día de autos. Según contó, en un momento dado el coche que andaba delante de ellos se paró y del mismo se bajaron unas cuantas personas que comenzaron a dispararles. El testigo aseguró que en ese momento se bajó del coche y salió corriendo. Durante la vista explicó que las personas que estaban sentadas en el banquillo de los acusados no eran los que él vio con las pistolas y aseguró que todo lo que había declarado con anterioridad tanto en comisaría como en los juzgados lo había hecho bajo la influencia de la familia de la víctima. En concreto se refirió a uno de los sobrinos, del que dijo que “me había comido la cabeza”. Esta persona habría llegado incluso a indicarle a quien tenía que señalar en las ruedas de reconocimiento. De esta forma cambió completamente parte de la versión de los hechos que había narrado años antes y llegó a asegurar que no podía reconocer a ninguna de las personas sentadas en el banquillo.
Las acusaciones cruzadas sobre supuestas amenazas y pactos para la retirada de la denuncia e incluso para el cambio de declaración fue constante también durante la vista oral. ‘Tapiño’ y Rachid M. aseguraron durante sus declaraciones que ellos no tenían nada que ver con los hechos y que su presencia allí era consecuencia de haberse negado a declarar en contra de los otros acusados como les habrían pedido los familiares del denunciante. Por su parte, tanto la víctima como uno de sus sobrinos hablaron de amenazas llegadas desde los acusados para que no declararan y retiraran la denuncia. Uno de ellos llegó a afirmar durante la vista oral que les habían ofrecido hasta 300 millones de pesetas para que retiraran la denuncia e incluso que unas horas antes del juicio les habían dicho que no iban a volver a Madrid y que les meterían dos tiros.
La sesión de ayer concluyó con la participación de siete agentes tanto de la Policía Nacional como de la Local que participaron en el traslado del herido al hospital y en su posterior custodia.